El año 2009 fue un mal año para las áreas dramáticas televisivas nacionales. Descontando “¿Dónde Está Elisa?” (TVN), ninguna otra producción creó mayor conmoción. Para qué decir las producciones vespertinas del segundo semestre. Ni “Los Ángeles de Estela” ni “Corazón Rebelde” han sido grandes temas de sobremesa. “Sin Anestesia”, ¿qué es “Sin Anestesia”?
Hacia finales de este año, los ratings no acompañaron a ninguna producción nacional. Antes, los canales se deprimían al rondar los 15 puntos. Hoy, tres canales obtuvieron lo mismo o menos. Eso sí, en el 2009, no ocurrieron sacrificios estilo “Santiago City”: los productos se mantuvieron impunemente en pantalla.
Para colmo de males, las historias de Televisa programadas por Mega a media tarde lograban audiencias cercanas a 15 puntos; algo que ya se querrían las tres estaciones del sector de Bellavista. “Sortilegio”, “Mi Pecado” y “Hasta que casino online el Dinero nos Separe” atraparon la atención de la audiencia en el horario de la tarde durante estos últimos meses. “En Nombre del Amor”, en varios casino pa natet capítulos, se empinó por los 20 puntos.
Algo está fallando en Chile en estos momentos. Hay cierto alejamiento de la creación de teleseries con las expectativas de la audiencia. En vista de los resultados de 2009, ¿las áreas dramáticas de Bellavista estarán sacando lecciones? Si aquella factoría mexicana, desdeñada por sus cursilerías, ha logrado mantener una fidelidad de marca con su público, ¿en qué topan las emisoras locales para aquello?
Para marzo de este año, están previstos los lanzamientos de sendas telenovelas históricas (“Martín Rivas” y la historia de Manuel Rodríguez), junto con el estreno de una trama sobre hombres lobos. En este último caso, la recomendación (digo, “Crepúsculo” y “Conde Vrolok”) viene de cerca. Cada temporada, los canales ofrecen propuestas sumamente radicales con respecto a sus antecesoras. Los temas cambian mientras el público sigue siendo el mismo. Las audiencias tienen disposiciones diferentes a la presentación de temas diferentes. Apelan a la innovación sin mediar en las consecuencias posibles, sin testear exhaustivamente los alcances de dichos avances (eventualmente, los gastos de promoción se comieron a los de research).
Una cosa es evitar sandías caladas. Otra diferente es innovar por innovar.