Tras dos capítulos emitidos de la serie de TVN «Zamudio: Perdidos en la noche», varios son los comentarios hacia la producción. Si bien, todo está basado en el trabajo del periodista Rodrigo Fluxá, el que recopiló para su libro «Solos en la Noche», lo que logra la serie a través de la televisión es mostrar una realidad que, para muchos, llega a ser bastante cercana.
Más allá del debate si Daniel Zamudio realmente fue como se muestra o no, la serie revela una historia que le pasó a un desafortunado joven que estuvo en el lugar equivocado, a la hora equivocada y en el momento equivocado. Porque seamos honestos, Zamudios hay muchos en este país, la diferencia es que ellos simplemente han corrido mejor suerte que él.
El problema aquí no es la exposición de una historia que se expuso gracias a la mediatización de su caso y la calificación de «mártir» que recibió en su momento. Lo que se ha cuestionado es que su historia representa la de muchos, los que se ven shockeados al pensar «pude ser yo». Porque sí, esa noche fue Daniel Zamudio, pero también pudo haber sido Juanito Pérez o Pedrito López.
Yo no sé por qué incomoda tanto la vida de Daniel Zamudio. Seamos consecuentes, aunque no es necesario meter a todos en el mismo saco, el mundo gay es así: promiscuo, reventado y siempre, siempre, hay alguien que quiere resaltar más que el resto. No nos tapemos con comentarios que simplemente buscan unirse al rechazo de un ambiente en el que se desenvuelven los homosexuales, porque sabemos como es. Una cosa es lo que opine el resto y otra muy distinta es hacerse el desentendido cuando sabes que todo es tal cual como lo muestran.
Pero tampoco hay que irse al extremo, porque esto es igual a cuando criticamos a Tony Esbelt, el personaje del humorista Mauricio Flores, porque estigmatiza a los gays al dejarlos a todos como «locas». No. Aquí no hay que generalizar, tampoco es que todos sean así, pero seamos honestos: «locas» hay muchas.
He leído muchos comentarios repetidos que apuntan a que «en este país no están acostumbrados a que les digan las cosas como son» o a que «muestren las cosas como son», y creo que por muy arriesgado que sea, TVN fue, tomó y se arriesgó con un proyecto que más allá de mostrar la historia de un joven que tuvo un final fatal, busca mostrar que Daniel Zamudio -la víctima en este caso- no es uno, sino todos.