Luego de descubrir la investigación que estaba siendo su hija, a la abogada no le quedó otra opción que contarle todo lo que ella no sabía: su pasado con Leonardo (Carlos Díaz) y las razones que la llevaron a irse de Chile, pero sobre todo, a alejarse de Benjamín (Gabriel Urzúa).
«Yo soy Rocío Verdugo» fue la impactante confesión que marcó el episodio de este martes en «Verdades Ocultas», donde la protagonista (Solange Lackington) le reveló a Martina (Camila Hirane) su identidad, explicándole además por qué tuvo que llamarse Ana todos estos años.
Ya ambas más calmada, la primera le explicó que «no me fui porque quise», sino que «Ellos me sacaron de sus vidas de la peor forma, me obligaron a renunciar a mi hijo». Y aunque en un principio se idea era irse por un tiempo, «pensando que las cosas se iban a calmar, a solucionar para volver lo antes posible para estar con mi Benjamín», mientras estuvo fuera «se coludieron para alejarme, cambiaron los hechos, consiguieron una orden de captura internacional en mi contra».
«Me acusaron de ser cómplice y de haber participado en todos los crímenes que cometió tu padre. No estaba aquí presente para poder defenderme. Ellos presentaron pruebas, falsos testimonios en mi contra», aseguró Verdugo ante la mirada atenta de su hija.
Ante la consulta de Martina respecto de si esto fue solo obra de Tomás (Cristián Campos) y Agustina (Catalina Guerra), Rocío le aseguró que durante mucho tiempo pensó que eran solo ellos, pero no. «Hay más involucrados, siete para ser exacta: Agustina, Tomás, María Luisa (Cecilia Cucurella), Ricardo (Remigio Remedy), Diego (Felipe Castro), Samanta (Alejandra Fosalba) y Julieta (Javiera Díaz de Valdés). Todos ellos son cómplices para haberme alejado de mi hijo».
«Para ellos soy un veneno, la persona que les recuerda las peores épocas de sus vidas. Decidieron matarme en vida. Ellos se justifican diciendo que los traicioné cuando hice alianza con tu padre, pero yo todo lo que hice fue para protegerlos a ellos, a todos ellos. En especial a mi hijo», agregó.
Por último, le dejó en claro a su hija que intentó «infinidades de veces» comunicarse con Benjamín mientras estuvo fuera, pero Tomás se lo impidió e incluso, le llenó de «veneno» la cabeza.