El chef francés regresa a la televisión, tras su paso por el «Muy Buenos Días», nuevamente de la mano de Sergio Nakasone. En entrevista con Fotech.cl habla de este nuevo desafío y su nuevo cambio de casa televisiva.
¿Cómo llegaste a este nuevo desafío?
El equipo de «Bake Off» es el mismo de «MasterChef», saben lo que yo puedo aportar, entonces por ahí llegó la llamada telefónica: “Yann, ¿te interesa? Tenemos un proyecto de pastelería bastante similar a lo de MasterChef, pero bastante más dulce”.
¿Y ese va a ser tu carácter ésta vez? ¿Más dulce?
Me van a ver mucho más transversal, digámoslo así, más rudo pero también mucho más dulce. Entre los tres jurados no tenemos un rol marcado, es muy de feeling, de piel lo que uno siente.
¿Por qué el cambio?
El programada es más dulce y el formato es así, donde tenemos un rol más de ayudar al pastelero amateur a crecer, cuando hay que decir los errores los decimos igual, sin pelos en la lengua, eso no va a cambiar. Pero al momento de decir que está bien hecho, vamos a estar muy cercanos a ellos. Compartimos, nos acercamos más a ellos en los mesones diciendo “cuidado aquí, cuidado acá”, entonces eso crea un link con los pasteleros que quizás no teníamos en Masterchef.
¿Cuál es la diferencia si son el mismo equipo?
Son programas de cocina, pero hay menos barreras, donde podemos hablar de tú a tú con el participante, eso establece una confianza muy agradable, muy cercana, eso es muy bonito. Además, hablamos de dulce, que todo el mundo le encanta el dulce, y a Latinoamérica aún más. Mi rol es decir, “cuidado, sabemos que Latianomérica entera funciona a partir de lo muy dulce, entonces tratamos de hacer un poco menos dulce, pero guardando más los sabores”. Yo busco la intensidad, más que con el azúcar, con los sabores, porque el azúcar come todo, es como la sal en la cocina.
Eso también va acorde a las campañas del Gobierno en contra de la obesidad…
Yo estoy muy cerca del Gobierno, trabajo para la JUNAEB, doy muchas charlas para los niños en los liceos municipales, hablando de la obesidad infantil que Chile es número tres en el mundo y de América, el primero. Tengo más de cincuenta años y es momento de entregar todo lo que sé, lo que me enseñaron y aportar, bajo mi conocimiento, a los niños. Es muy importante para mí hoy. Llegó el momento de retribuir.
¿Te ha sorprendido el nivel de los participantes?
No es la palabra. El nivel de los participantes no me ha sorprendido. Sabemos que vamos a tener participantes muy básicos porque la pastelería en Chile es bastante básica. No es que sea malo o pedante, es una foto real de lo que pasa en el país. Eso es bueno porque tiene todo por delante, podemos construir una base sólida. Se caen y se levantan, eso es lo bonito del programa.
Después de «MasterChef» condujiste programas y ahora volviste a un programa de cocina, ¿por qué?
No tengo explicación. Es un proyecto que me ofrecieron y me gustó. Además, hoy día puedo usar mi experiencia en televisión. Siento que van a ver al Yann más maduro en términos de comunicador, me siento en mi salsa como cocinero en este programa porque perdí el miedo a la cámara, el estrés… Claro que mi acento no lo perdí jaja. Pero me siento muy yo hoy día en este programa. Van a ver el concentrado del mejor Yann a nivel de televisión.
¿Qué le puede decir a los televidentes sobre esta nueva apuesta?
Emoción. Bake Off Chile les va a entregar emoción. Van a reír, van a llorar, pero quietos no se van a quedar. Bake Off les va a dar mucha hambre, así que preparen su dulcecito al lado porque no pueden mirar el programa si no tienen un chocolatito al lado, ese es el peligro de Bake Off. Si tú me entregas una emoción, soy feliz. Es lo que se llama un orgasmo culinario.