Un adolescente bueno para carretear desaparece. Una madre desesperada. El adolescente muere. La madre llora, llora y llora. Hay que buscar culpables. Todos son sospechosos. Partiendo por los familiares. Todos son un poco infieles, también. Y, por cierto, todos son ABC1. ¿Cómo que esta teleserie ya la vi? Es “Vuelve Temprano”, el nuevo estreno de TVN que, siguiendo al pie de la letra la fórmula iniciada por “Alguien te Mira” y “¿Dónde está Elisa?” está liderando sin contrapesos las noches de este verano, sin necesidad de ser ultra innovadora, ni siquiera muy moderna. ¿Cuál es el secreto?
Gracias a un guión ágil y que no da respiro, capítulos muy bien editados y con buenos finales (¡por fin, TVN, por fin!) y una mezcla de elementos siempre atractivos (padres angustiados, ricos que también lloran, adolescentes viviendo al límite), tenemos como resultado un producto ganador. Una prueba más de que el canal público hace años que maneja al dedillo una fórmula y ha logrado, pese a altos y bajos, consolidarse como la gran factoría de teleseries a nivel nacional.
Un serio contraste con lo que pasa hoy en Canal 13. Tras el final de la desinflada “Soltera Otra Vez 2”, recién ahora se anuncia que la supuesta joya del verano, “Secretos en el Jardín”, pasa a primera franja, que es donde siempre debió estar. Una gran teleserie, innovadora, atrapante, en muchos aspectos superior al nuevo producto de TVN, pero con dos grandes piedras en el zapato: en el mismo afán de innovar cayó en una renuncia a ciertos cánones del género, lo que aleja a buena parte del público (al que “Vuelve Temprano” supo captar muy bien, aumentando el encendido del horario); y el poco cariño con el que la han tratado los ejecutivos del canal, estrenándola en un pésimo horario (casi a la medianoche un domingo) y temporada (fin de año y víspera de Navidad, cuando la gente está en otra), confundiendo al público con los días de exhibición y, en definitiva, farreándose un producto de lujo al ser incapaces de fidelizar a una audiencia telesérica que no es igual a la de una serie o un reality show.
Volviendo a TVN, habrá que ver qué ocurre en la nueva etapa, sin la ya legendaria Quena Rencoret al mando (recordemos que “Vuelve Temprano” fue la última teleserie a su cargo). El muchísimo menos experimentado Alex Bowen tiene una pesada mochila en su espalda y muchos ojos puestos sobre él: no sólo deberá estar a la altura de su antecesora (y, por lo que se ha dicho en la prensa, ganarse el respeto de sus subalternos que lo ven como un recién llegado), sino que ser capaz de liderar una renovación, en un contexto de cuatro canales en competencia y una fórmula que, por muy efectiva que sea, en algún momento va a desgastarse. Sin embargo, lo bien armada y lograda de “Vuelve temprano” nos hace pensar que, aunque la gran jefa ya no esté, la maquinaria está tan bien engrasada que los que se quedan pueden seguir creando con el mismo talento y eficiencia de antes.
TVN ha hecho lo que una empresa moderna debe hacer. ¿Se va una alta ejecutiva que cumplió un ciclo? Se reemplaza por otro/a igual de competente. ¿Se van los actores más taquilleros? Se les da la oportunidad a otros, se busca talento fuera del canal o alejado del medio (Viviana Rodríguez, Patricia Rivadeneira). El show debe continuar y a un proyecto sólido no se le cae el mundo por un jefe o un profesional menos. Bien por TVN, y una lección para otros canales que, además de pésimas decisiones programáticas, vaya que les ha costado armar equipos y consolidarlos.
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