Los kioskos ya no venden las clásicas revistas eróticas de antaño. Hoy ese negocio le pertenece a internet y a los emprendedores web.
Atrás quedaron las grandes producciones del cine porno y en su lugar nacieron los contenidos «caseros» o «amateurs», donde cualquiera puede ser el productor o protagonista.
Con sólo tener conexión a internet se puede acceder a todo tipo de material de corte sexual, incluso «a pedido». Para trasformarse en un productor de cortos de video erótico hoy incluso sólo bastaría un teléfono celular.
Las redes sociales también son la plataforma de difusión de estos videos y fotografías, pero también es el lugar donde el comercio sexual se promociona. Prostitutas y prostitutos encontraron un nuevo medio para publicitarse y contactarse con sus clientes.
Este capítulo mostrará a varios chilenos que están usando la red como el gran Barrio Rojo del mundo. Cuáles son sus propuestas y productos, qué tan rentable es esta actividad y cómo ha cambiado la forma de consumir el sexo.
Toda una revolución de alto contenido erótico ni siquiera a un click de distancia, sino que ya está prácticamente en las manos de cualquiera con la irrupción de los smartphones o teléfonos inteligentes. ¿Cómo afecta eso a las familias? ¿Qué es lo que los padres deben saber para estar atentos y tomar decisiones?