El pasado lunes 27 de abril, el canal TV Educa Chile terminó su marcha blanca y empezó a emitir oficialmente por distintas vías: señal abierta digital, internet y compañías de cable. Entiendo que el espíritu de esta iniciativa de la industria de la TV abierta y el Ministerio de Educación era apoyar al sistema educativo en un momento en que las clases se han trasladado a un formato online incómodo y desacostumbrado para profesores y estudiantes, y donde una parte importante de ellos tienen acceso de baja calidad o derechamente nulo a Internet.
Al mirar rápidamente la parrilla programática de TV Educa Chile, se me producen sentimientos encontrados. Si hubiera sido concebido desde un comienzo como un canal infantil comercial dedicado a la entretención, idea perfectamente legítima por lo demás, no tendría más alternativa que aplaudir de pie y sacarme el sombrero. Desde ese punto de vista, es un gran acierto y debería mantenerse más allá de la pandemia. TV Educa Chile le está dando pantalla y difusión a excelentes productos audiovisuales para público infantil, muchos de ellos de productoras independientes y apoyados con fondos concursables del Consejo Nacional de Televisión, y que habían quedado postergados por años en la TV abierta, o en el mejor de los casos programados en horarios “muertos” en sintonía. Ha permitido el retorno de recordados programas como “Diego y Glot”, “Hostal Morrison”, “Villa Dulce” y “31 Minutos”. Este canal permite saldar la deuda de años de la industria televisiva chilena con el público infantil y es una astuta forma de satisfacer las necesidades audiovisuales de los niños en cuarentena sin tocar las programaciones habituales de sus canales.
Sin embargo, la idea inicial no era una señal al estilo de Cartoon Network, Nickelodeon, ETC TV, Disney Channel, Disney Jr o Discovery Kids, sino que una plataforma televisiva de apoyo para el sistema educativo. Y en ese aspecto, lo de TV Educa Chile resulta en el mejor de los casos cuestionable, y en el peor de los casos un fiasco de proporciones monumentales. El «aporte» al sistema educativo se concentra en dos bloques diarios llamados «Aprendo TV!», con contenidos al primer ciclo básico (1º a 4º Básico) y consistente en cápsulas de 10 minutos donde se habla de historia, geografía, medio ambiente, ciencias, etc. Aparte de dejar de lado al resto del sistema educativo (de 5º Básico a 4to Medio, bien gracias, y que se las arreglen como mejor puedan) cabe preguntarse en qué grado dichos segmentos responden de manera efectiva a las necesidades del profesorado. Además, muchos de ellos evocan a los clásicos programas infantiles de los años 70 y 80 del Siglo XX como “Pin Pon”, “Ya Somos Amigos” o “Patio Plum”, respetables y hasta entrañables, pero cuyo estilo no sé hasta qué punto funcionará con los niños del Siglo XXI.
El resto de la programación está claramente enfocada a la entretención y, en principio, presta poca utilidad como material de apoyo didáctico. Por ejemplo, creo que “31 Minutos”, programa del cual soy seguidor e hincha acérrimo, no tendría mucho que hacer en un canal de apoyo educativo. Salvo la Nota Verde y Calcetín con Rombos Man, el programa insignia de la productora APLAPLAC es netamente entretención.
Si la idea era apoyar a los profesores con material para la difusión de los contenidos del programa escolar, lo más sensato era desempolvar ideas como el recordado TELEDUC, o implantar un esquema como el de la señal 2 de RTVE (TV pública española). con el segmento “Aprendemos en casa”, compuesto de bloques de programación con contenido netamente enfocado al apoyo docente, y donde se recurre a material facilitado por reconocidos edutubers como Pablo Abarca y David Calle (creador del canal UNICOOS, referente ineludible de la enseñanza en YouTube), y de divulgadores de ciencias, historia, música y matemáticas.
Habrá que ver cómo evoluciona esta señal. ¿Terminará siendo un canal infantil de entretención derechamente comercial, o en algún momento se apegará a lo netamente educacional? Hasta ahora, TV Educa Chile está resultando una muy buena apuesta televisiva, pero una deficiente apuesta educacional. Como canal infantil comercial, TV Educa Chile es una muy buena idea, pero como apoyo a los profesores y al sistema educativo, que entiendo era el motivo y el espíritu original detrás de su creación, deja muchas dudas y cuestionamientos. Lo que me complica no es que hagan TV infantil comercial y de entretención, sino que prometieran inicialmente hacer TV educativa y terminaran entregando TV comercial. En buen francés, esto se conoce como “hacer pasar gato por liebre”, una típica avivada burda e intelectualmente deshonesta. Si querían hacer un canal infantil de entretención, díganlo claramente desde un comienzo, pero por favor dejen de vender la pomada y meter goles de media cancha.