El actor, que es parte de la serie policial que transmite todos los sábados en la noche Canal 13 y que actualmente se encuentra radicado en México, conversó extensamente con Fotech,cl sobre sus participación en «Helga y Flora», el cómo fue grabar en la Patagonía y de su paso por «La Casa de las Flores», de Netflix. También nos comentó de los nuevos proyectos en los que está trabajando ahora.
¿Cómo fue la experiencia de ser parte de “Helga y Flora”?
Muy enriquecedor. Proyectos de esta envergadura sólo son posibles por el apoyo del CNTV, Canal 13 y el esfuerzo diario de un equipo de producción, de un equipo técnico y de un elenco dispuesto a dar todo de sí. Fue maravilloso descentralizar la ficción nacional con una historia que sucede en la Patagonia chilena y que cuenta verdades para muchos ocultas, como el abuso de poder de los terratenientes de aquella época en Magallanes y la conducta machista, violenta y racista. Por otra parte, el valor de producción es de un altísimo nivel, lo que permite ver el respeto por cada pieza de la ejecución de un proyecto audiovisual, y el resultado, por lo tanto, es una serie madura y atrevida que encanta por lo visual, musical, artístico y por su valentía. “Helga y Flora” es una serie tremendamente valiente que debe ser vista por todos los chilenos y mostrada al mundo.
“Zacarías Llancaqueo” es un personaje muy especial, que hasta implicó un trabajo de look distinto para ti, ¿cómo lo trabajaste y cómo llegaste a esa creación final de él?
Sin duda alguna “Zacarías Llancaqueo” es el personaje más alejado a mí en su caracterización. Exactamente eso fue lo que me sedujo del personaje. Christian Aspèe, director de la serie, me dijo que necesitaba un personaje misterioso, con la violencia a flor de piel y en el cual no podamos confiar pero que genere ternura… con estas peticiones decidí basar la construcción de mi personaje en una hiena, que, personalmente, es un animal en el cual me cuesta confiar y que, por otro lado, me cae muy bien, sobre todo por su risa, detalle que se lo puse a “Zacarías”. Él se ríe así. Desde ese lugar construí toda la cinética del personaje y la forma de relacionarse con los otros personajes.
Por otra parte, me vi muchísimos documentales sobre la historia de la Patagonia y Magallanes, de sus costumbres, modismos, secretos y cómo se fue poblando esa zona de Chile. Magallanes tiene una historia mucho más profunda y potente de lo que nos podemos imaginar. Dentro de este universo me llamó mucho la atención la personalidad de los gauchos magallánicos y en ellos encontré el arquetipo donde anclar a “Zacarías”. A ellos les debo el misterio, el cigarro y el sombrero de “Llancaqueo”. Luego fue pedir llegar antes para pasear por las calles de Punta Arenas y conversar con las personas en calles, bares, restaurantes y karaokes para tomar de ellos todos sus modismos.
El haber grabado la serie en Tierra del Fuego debe haber sido especial. En ese sentido, ¿qué destacas de eso y qué fue lo más complejo de trabajar casi al fin del mundo?
Fue uno de los mayores regalos que he tenido en mi carrera, hacer una serie desde la Patagonia me confirmó la necesidad que tenemos como artistas audiovisuales de hablar más de la historia y de la vida de nuestro Chile, de las regiones, de nuestros extremos y el ser más empático con ese Chile. Claro que no es fácil, el costo de filmar en la Patagonia sube al triple. O sea, si una tuerca especial de un foco vale 1, llevarla hasta Punta Arenas automáticamente te vale 3, y así con todos los recursos de una filmación. Y lo inhóspito de las condiciones de viento, frío y la distancia es muy desgastador y hace todo mucho más difícil. Pero cuando ves un solo plano puesto hacia la inmensidad de la pampa, con este fin de mundo nuestro, todo vale la pena con creces.
De a poco el sargento ha ido sacando su rabia y enojo ante “Raymond” (acá vamos en el capítulo 5), en especial por la muerte de “Eduvigis”, ¿cuánto lo marca a él el asesinato de la mujer que amaba?
Desde este momento en adelante, “Zacarías” no será el mismo. Y junto con la muerte de “Eduvigis”, la amenaza de “Raymond” de querer tomar a mi hija “en derecho a pernada”, me hará sacar los dientes y la promesa de proteger a mi familia será absoluta.
¿Qué nos puedes adelantar de lo que viene en la serie en general y para tu personaje?
¿Spoiler?… me dan tantas ganas de contarles tanto. Vienen secuencias muy dramáticas para “Zacarías” y donde la realidad de Kerren lo ahogará y él tendrá que luchar contra eso.
“Helga y Flora” ha funcionado muy bien y ya se habla de que es una serie de culto, ¿qué te pasa con eso y a qué crees que se debe?
Eso es un bello piropo. “Helga y Flora” está hecha con pasión y con ganas de ser diferente, de no querer marcar una cierta cantidad de puntos. Eso nunca fue importante para nosotros y el canal fue muy generoso en entender la intención de fondo de este proyecto: “contar una historia con verdad y donde asumiéramos como artistas la historia de una zona de nuestro país”. Matías Ovalle, nuestro productor por parte del canal, nos apoyó en cada locura que proponíamos. Y cuando juntas coraje, verdad, pasión, las ganas de contar una historia que incomode y la Patagonia, puede ser que todo eso catapulte a “Helga y Flora” a ser una serie de culto.
Hiciste “Tira” y “Helga y Flora”, ¿cómo ha sido el profundizar tu trabajo en series?
Sin duda el trabajo actoral en series permite una profundidad actoral tremenda. He puesto mucha atención en los proyectos que he elegido durante los últimos cinco años, en cada elección busco que el proyecto me saque de mi zona de comodidad, que sea un desafío en el trabajo de construcción psicológica y física de mis personajes. He tenido mucha suerte ya que mis últimos trabajos afuera y en Chile me han permitido llevar mi trabajo a extremos completamente diferentes unos de otros. Y en lo referente a “Tira” y “Helga y Flora” fueron dos regalos, como dos bombones de chocolates actorales que me los devoré con toda mi pasión: el primero fue muy difícil en la profundidad psicológica que tenia “Santiago Quiñones”, pero fue uno de los personajes con el que más he aprendido, más aún cuando eres dirigido por Boris Quercia. Nunca había tenido tanta conexión artística antes; el segundo me propuso un viaje loquísimo de olvidarme de mi por prácticamente dos meses y medio y en los cuales casi nunca me quité la ropa de “Zacarías” y pasaba gran parte del día jugando en el set y fuera del set en personaje.
Desde hace un tiempo vives fuera de Chile, ¿cómo ha sido este ir y venir y estar haciendo trabajos acá y también otros afuera?
Soy un afortunado por esto, amo mi oficio y adoro viajar, y si puedo combinar ambas cosas es casi perfecto. Estoy muy feliz viviendo en México, que es un mercado muy potente en la industria audiovisual, y me gusta mucho como se trabaja en este país y el tipo de historias que se están contando. Ahora, obviamente, extraño mis raíces y con esos sus historias, por lo que regresar de tanto en tanto a Chile es enriquecedor para el alma.
Sobre tu vida en México, ¿cómo ha sido tu experiencia?
Muy linda y positiva. México es un país que respeta mucho a los artistas y el arte en general. Hay una conciencia que el arte de un país es el subconsciente de la cultura de una nación y cuando tienes algo que aportar en este ámbito, el mexicano te abraza, quizás porque es una nación que sabe muy bien lo que que es migrar.
Participaste en una de las series más importantes de Netflix, como es “La casa de las flores”, ¿cómo llegaste a ella?
Llegué porque Manolo Caro (director) me convidó a hacer un casting y les gustó mi propuesta. “La casa de las flores” es una serie icónica en México, de mucho éxito internacional y yo me siento muy orgulloso de haber interpretado el pasado de un personaje tan querido por los fanáticos, como es “Ernesto”, que, además, lo hace un gran actor mexicano: Arturo Ríos. Fue un desafío muy rico, me exigió mucho en lo actoral ya que me pedían un acento mexicano perfecto y tenía mucho nervio sobre la aceptación de la gente con mi propuesta. Me dediqué mucho a ver todas las escenas de “Ernesto” del presente en las dos primeras temporadas y a decodificar la propuesta de Arturo, y luego me vi todo el material que pude de él, películas, entrevistas, etcétera. Además, terminé haciendo un trabajo de dos meses con mi coach vocal Ortos Sayul porque quería hablar lo más similar al “Ernesto” del presente.
¿Cómo viste la recepción del público de tu personaje?
Ha sido sobrecogedor la reacción del público con el trabajo de todo el elenco del pasado de esta tercera temporada. En lo personal, me he sorprendido mucho con el cariño de colegas y el público sobre mi trabajo con el personaje. Estoy inmensamente agradecido y orgulloso de este trabajo.
Y, por último, ¿en qué proyectos estás ahora?
Ahora estoy promocionando “Enemigo íntimo 2”, una serie de formato largo que se estrenará en junio en USA por Telemundo y dentro de unos meses se podrá ver también por Netflix. La primera temporada de “Enemigo íntimo” fue una de las series más vistas hace dos años en la pantalla de Telemundo y Netflix, y yo estoy muy feliz de poder sumarme a esta segunda temporada. También estoy comenzando a promocionar mi primera película aquí en México: “Malibú”. Es una película muy interesante que combina el drama oscuro con el genero de acción de autos. Pueden seguirnos en @malibulapelicula. Ahí interpretó al protagónico, que es una persona outsider que se gana la vida haciendo que lo choquen para timar a las personas. Desde ahí y al conocer una mujer cansada de su vida cotidiana y amorosa se desencadena la acción.