Cuando me enteré que «The Voice» tendría una versión local, lo primero que se me vino a la cabeza fue un canto celestial con la frase “Uf, ya era hora”. El formato ha sido un éxito en diversos países como Alemania, Holanda, Colombia, Australia, Reino Unido, México y Argentina, por sólo decir algunos. Era el momento para que la franquicia llegara a tierras chilenas y qué mejor que hacerlo en Canal 13, el cual tiene trayectoria en programas busca talentos y en la copia de formatos extranjeros con excelentes resultados, tal como ocurrió con las distintas temporadas de “Mi Nombre Es…”.
Sé que es feo entrar en comparaciones, pero dentro de la industria televisiva es inevitable. La edición en Estados Unidos es, a mi parecer, la más exitosa y la que ha marcado estándares para el resto, dejando la vara bien alta. Con una lista de sublimes tutores como Adam Levine, Christina Aguilera, Usher, Shakira, Gwen Stefani, Pharrell Williams, Cee lo Green y Blake Shelton, esperaba que la versión patriota no fuese menos, pero mis altas expectativas se vieron liquidadas a medida que se iban dando a conocer quienes eran los coaches locales. Creí que traerían a ex jurados en otros países como Laura Pausini, Ricky Martin, Daddy Yankee o Beto Cuevas, pero no… me sentí como un pequeño e iluso consumidor de TV.
Nicole se ha transformado en el comodín de Canal 13 en cuanto a programas de talentos se trata. Por su parte, Álvaro López no ha hecho mucho ruido (que digamos) en el último tiempo dentro del escenario musical. Franco Simone puede ser un eximio en cuanto a música, pero su carrera va a portas de la jubilación y es, más bien, la versión “low profile” de Tom Jones (juez en “The Voice UK”). Finalmente, Luis Fonsi es un buen cantante, pero queda demasiado potente en comparación al resto. Por ello, cada vez que voltea su silla, es frecuente que el participante lo prefiera, lo que le quita emoción y expectativa al proceso.
A pesar de que sus coaches podrían ser mucho mejores o, al menos, con una mayor presencia musical en la actualidad, el programa no deja de ser bueno porque se ha transformado en las cenizas para varias aves Fénix que estaban muertas. El programa conducido por Sergio Lagos es la ansiada segunda oportunidad que varios ex “Rojo” esperaban (aunque lo nieguen). Ejemplos como el caso de Luis Pedraza (Toco Toco para quienes no lo recuerden) y Karin Cáceres hacen que el público fiel al tío conductor se emocionen y recuerden viejos momentos. Pero no sólo ellos aprovechan, sino que también emergentes y talentosos cantantes han audicionado con éxito, siendo una vitrina para mostrar lo que son capaces sobre el escenario.
En conclusión, las buenas historias y la alta calidad de la mayoría de sus participantes hacen que este programa sea realmente atractivo para el público. Este jueves es la última audición a ciegas para luego pasar a las batallas, así que sólo les diré que si ya estaban contentos, la cosa se viene mucho mejor. Creo que no seré el único que estará pegado a la TV cada jueves y domingo.