Ya han pasado dos meses desde su inicio y todavía no hay señales de que la Hollywood de los guionistas de Hollywood vaya a terminar.
Más bien, las noticias indican que existe un gran riesgo de que la situación escale y que los 160.000 actores y actrices que integran el sindicato SAG-AFTRA también se vayan a paro, dejando a la industria estadounidense del entretenimiento totalmente detenida y a las audiencias sin sus series y películas favoritas.
Las negociaciones para evitarlo están en pleno proceso. Sin embargo, los rumores apuntan a que, a pesar de los esfuerzos que se están llevando a cabo, no se vislumbra un acuerdo y la posibilidad de llegar a una huelga en algún momento de la próxima semana se vuelve cada vez más presente.
Si llega a ser el caso, las consecuencias serían graves: desde el cierre total de los estudios de cine y televisión, a la posible interrupción de diferentes eventos.
Rodajes interrumpidos
Aunque la mayoría de las series ya terminaron sus grabaciones debido a la huelga de escritores, una gran cantidad de producciones estadounidenses se están rodando en el extranjero, particularmente en el Reino Unido y Europa. Pero si los actores deciden sumarse al paro, igualmente se verían afectadas.
Además, según el sitio Deadline, la filmación de películas de Hollywood en todo el mundo se vería frenada, lo que dejaría a las salas de cine (y al público) sin estrenos durante los próximos meses.
Entre los rodajes potencialmente interrumpidos figuran “Gladiator 2”, de Paramount, que se está filmando en Europa; “Mission: Impossible – Dead Reckoning Part Two”; y el próximo largometraje de Clint Eastwood para Warner Bros, entre muchos otros.
Sin Comic-Con
La adicionalmente impactaría las ceremonias de entrega de premios. El 75 aniversario de los Emmy, en particular, corre peligro, dado que la acción de los gremios de escritores y actores impediría organizar la logística que conlleva dicha premiación. Por eso, se estima que el espectáculo se trasladará desde su fecha original, el 18 de septiembre, hasta enero.
Incluso la célebre Comic-Con de San Diego podría verse sacudida, así como los próximos festivales de cine. Y ni hablar de Wall Street: sin producciones en curso, los grandes estudios dejarán de percibir importantes ingresos, lo que significará un duro golpe en el precio de sus acciones.