Alfredo Castro, experimentado y emblemático actor nacional, se refirió a su trabajo en el teatro, el cine, las series y también en las producciones dramáticas.
El rostro de populares historias, como «La Fiera», «Romané» y «Pampa Ilusión», fue invitado al programa «Más de ti» de Bío-Bío TV, donde contó por qué ya no hace teleseries.
«Me aburrí, me cansé, me enfermé físicamente. Después de las que hice con Vicente Sabatini en TVN vinieron unas oleadas, como de dos o tres más, y siento, en mi opinión, que empezó a decaer el nivel muchísimo. Unos textos, guiones, personajes, historias muy malas…», expresó con sinceridad el actor.
Alfredo Castro ahondó en su visión de cómo se ha modificado la forma de hacer teleseries en el país. «Estaba acostumbrado a un nivel de exigencia, de trabajo, de contenido y de personajes muy alto, muy bueno. Caer a repetir durante cien capítulos: ‘te amo/no te amo’, ‘es mi hijo/no es mi hijo’, no me causó interés», puntualizó.
Reconoce que todavía la gente lo recuerda por algunos de sus personajes, como Ernesto Lizana, un avaro empresario naviero, y que incluso sus estudiantes le mandan memes. También se mostró contento de que «Romané», donde interpretaba al gitano Lazlo, vuelva a emitirse en TVN, pues recuerda con mucho cariño esa época de las teleseries con Vicente Sabatini.
«Trabajamos por lo menos tres meses intentando hablar romané, viviendo con los gitanos, aprendiendo los bailes, los modos, las emociones, las relaciones entre ellos. Era un trabajo fuerte, pero interesante, lo pasamos increíble», sentenció.
Otro punto que destaca el actor de «Tony Manero» se relaciona con las temáticas que se retrataban en las diferentes producciones. «Eran lindas esas teleseries porque tocaban temas muy profundos, muy importantes. Todos los temas que no se hablaban en aquella época, como el VIH, la discriminación, la vejez, el abuso de poder. A la gente le gustaban mucho», comentó.
Los personajes de las teleseries
Jesenia Urzúa, conductora del programa, también le consultó a Alfredo Castro por qué cree que los actuales personajes de teleseries no se recuerdan tanto.
«Una mirada un poco lejana, liviana quiero decir, es que no tienen contenido, hay confusiones. Nuestros personajes eran divertidos, pero eran personajes que existían y trabajan, sufrían y se angustiaban. También, eran graciosos y tenían una calidad humana importante…», señaló.
Sobre este tema agregó que «los personajes cómicos son ahora más bien gente con escasos recursos emocionales, ideológicos, entonces son gente muy precaria. Lo que tenían antes nuestros personajes es que eran muy contundentes, tenían varias capas de lectura».