La China Suárez, expareja de Benjamín Vicuña y madre de los hijos que tuvieron en común, Magnolia y Amancio, es una celebridad argentina que se las arregla para estar siempre en el centro de la atención.
Si hasta hace unas semanas el tema era su bullada separación del chileno en agosto pasado, en los últimos días ha sido por su involucramiento en el llamado “Wandagate”, el escandaloso rompimiento de la pareja trasandina formada por Wanda Nara y el futbolista Mauro Icardi.
De visita en Madrid durante más de dos meses por motivos laborales, en un principio se pensó que el fin de su relación con Vicuña había sido en buenos términos. De hecho, coincidieron en España algunos momentos. Pero la actriz regresó a su país y cortó todo vínculo con el chileno y ahora parecen odiarse.
“Se pudrió todo”, dijeron al respecto en el programa de farándula “Intrusos” de la cadena América TV. Según el programa, la desprolijidad de la China manejando el episodio en que se vio involucrada con Mauro Icardi y Wanda Nara, y la forma cómo ahora se desenvuelve con su nuevo novio disgustó profundamente a Vicuña, al punto de que dejaron de hablarse y el contacto entre ellos es a través de la mamá de Eugenia Suárez.
Ella, por su parte, se habría hartado de que su ex le reclame por sus actitudes. “Parece que Benjamín piensa que (la China) se fue de joda a Madrid, cuando lo que hizo fue trabajar. Paseó, sí, pero no lo que hicieron ver los medios”, dijeron en “Intrusos” citando a fuentes cercanas a la actriz.
La tensión llegó a tal punto, que Vicuña dejó de seguir a Suárez en redes sociales y la China dejó de seguir a Vicuña.
“Es toda una señal al estilo de ‘quiero que el mundo sepa’, porque si no, queda entre cuatro paredes. Ella quiere que se sepa que está todo mal con él”, analizaron los panelistas del citado programa.