Santiago Pavlovic ha hecho noticia en los últimos días luego de criticar fuertemente los elevados suedos que tienen los rostros de televisión y criticó a Francisco Orrego, presidente del directorio de TVN, quien solicitó el informe de la Controloría del canal estatal que se filtró.
En un manifiesto que escribió el periodista en La Tercera, señaló que «Me parece mafioso que el presidente del directorio de TVN aparezca filtrando un documento para sacar a Jaime de Aguirre. Los sueldos de los ejecutivos del canal son desproporcionados y pienso que hay que regularlos hacia abajo, por la realidad que estamos pasando, pero son dos cosas que van por separado».
En la misma línea, agregó: «Una cosa es la renta y otra cosa son los procedimientos internos, que en este caso han sido de mala clase y no se condicen con la actitud que debe tener una persona que está llegando al canal».
Asimismo, aseguró que «Es un sueño de muchos que en el directorio de TVN haya gente con criterio. Recuerdo haber estado en administraciones con José Zalaquett, Juan de Dios Larraín o Lucía Santa Cruz. Eran personas que no sabían tanto de televisión, pero con una cultura especial. Tú los escuchabas hablar y eran personas de fuste, muy inteligentes y al margen de las cosas pequeñas. Eso se ha perdido».
Por otro lado, se refirió a lo que significó para el perder un ojo: «Es un trauma que ha durado mucho tiempo. Lo perdí en un accidente jugando a la guerra con mi hermano. Eso me marcó. Tú piensas que eres muy feo, los niños te empiezan a hacer bromas y te vas aislando».
«Me dediqué a subir cerros para estar solo. Usé lentes oscuros hasta los 40 años, incluso en la noche, hasta que pasé al parche. Jamás pensé que iba a trabajar en televisión, en mi cabeza eso era para gente guapa», añadió.
Además, reveló que uno de los momentos más dolorosos fue cuando falleció su nieto: «Es un dolor muy terrible. Cuando llegué a la clínica parecía que aún estaba vivo. Era un niño precioso. Ver a Cristián (Warnken) y a mi hija Danitza llorar tan desgarrados fue muy atroz. Era una pareja tan feliz y agradable».
«De repente se les derrumbó todo el mundo. Esa imagen no la aparto de mi memoria: un niño que parecía que estaba dormido y ellos dos llorando al lado de la cama. Es un balazo que te llega al corazón», finalizó.