Sorpresa causaron las duras declaraciones del histórico conductor de “Pipiripao” Roberto Nicolini contra el exitoso programa de la productora APLAPLAC. Creo que Nicolini habla desde la ignorancia respecto a la trayectoria de los creadores de “31 Minutos”, y desde la frustración de un ícono de la televisión del pasado que no supo adaptarse a los tiempos.
Pertenezco a la generación que se crió viendo los monitos animados de “Pipiripao” en aquellas tardes ochenteras, acompañados de una rica taza de leche y un pan con jamón. “Pipiripao” es un programa icónico de la televisión infantil de la época, y Roberto Nicolini, su conductor, un verdadero emblema de UCV-TV. Voy a contar algo de primera fuente: a fines de 1994 e inicios de 1995 hice la práctica industrial como estudiante de ingeniería en el canal porteño, y coincidí justo con el momento en que el director de entonces, un marino calvo retirado, decidió sacar de pantalla a Nicolini, supuestamente por considerarlo demasiado ‘viejo’ y ‘gordo’ para animar programas infantiles. Fue algo muy cuestionado en su momento, donde existieron sospechas de que el asunto pasaba más por problemas de egos y envidias, y que terminó siendo una de las decisiones más torpes y absurdas de la historia de la televisión chilena. Un año después, Nicolini se llevó su programa a La Red, con el cual ganó el APES al mejor programa infantil de ese año, mientras UCV-TV perdió todo el terreno ganado en el área infantil. Nicolini supo rehacerse, superó un quiebre matrimonial, el incendio de su restaurant y que un animal se comiera su pelo en el zoológico de Quilpué. Tiempo después intentó reeditar el “Pipiripao” en UCV-TV sin éxito, y ahora está dedicado al teatro.
Por todo lo anterior, Roberto Nicolini se merece el mayor de mis respetos, pero no puedo estar más en desacuerdo con las lapidarias e injustas críticas que hizo a “31 Minutos” en el programa “Ciudadano ADN” de ADN Radio Chile del martes 11 de febrero pasado. Me parecen simplemente desconcertantes. Tiene todo el derecho a que no le guste el programa, pero sus opiniones son al menos cuestionables, inexactas y algunas casi injuriosas: que “31 Minutos” no tiene contenido y que solamente lo salva la música; que los creadores del programa son unos aparecidos y apitutados que le lamieron las botas a los integrantes del Consejo Nacional de Televisión para conseguir los fondos para hacer el programa; que iban a las diez de la noche cuando tuvieron éxito, porque los sacaron de la mañana ya que no marcaban rating. Y todo porque supuestamente uno de los creadores del programa, Pedro Peirano, habría dicho que el Pipiripao era ‘una mierda’, lo cual el propio Peirano negó en el foro de la web de ADN Radio Chile.
Vamos por parte, como dijo Jack el Destripador: sin duda la música es un aspecto fuerte de “31 Minutos”. De hecho los discos de las tres primeras temporadas están entre los mejores producidos en los últimos diez años en Chile. Respecto del contenido, discrepo profundamente de Nicolini: las ‘notas verdes’ de Juan Carlos Bodoque y el segmento de ‘Calcetín con Rombos Man’ tenían una clara y efectiva intención educativa, lo que justificaba plenamente el financiamiento del CNTV. Por otra parte, ¿qué contenido tenía “Pipiripao”, que en el fondo no era más que una secuencia de cinco horas de dibujos animados muy bien escogidos donde Nicolini y el Fantasma Blee se hacían los enlaces entre ellos?
Eso de que “los sacaron de la mañana porque no tenían rating y los mandaron el sábado en horario prime” es completamente falso. Al contrario, “31 Minutos” se transformó en un éxito fulgurante los sábados en la mañana, al punto de que se transformaron en un fenómeno de rating y de ventas de discos. El área infantil de Canal 13, en ese entonces dirigida por el inefable Vasco Moulián, buscó fórmulas para enfrentarlos, y de ahí salieron “M.O.N.O.”, una imitación ‘al cuete’ conducida por Javiera Contador y que duró dos días, y al año siguiente CUBOX, que incluía entre sus segmentos a “BANANA”, una fallida copia de CQC hecha con monos (animales, no animados). Además, esa época coincidió con el declive televisivo de “Cachureos” y el final del “Mundo del Profesor Rossa”. “31 Minutos” marcó un hito, pues redefinió la manera en que se hace televisión para niños en Chile. Por otra parte, mandar un programa al horario prime (el más competitivo) porque fracasó los sábados en la mañana (horario poco competitivo) es algo que no resiste ningún análisis, resulta simplemente absurdo, y me llama la atención que alguien con los años de trayectoria televisiva de Nicolini salga con una novatada como esa. Por último, “31 Minutos” ha sido exitoso en muchos países de Latinoamérica, en diversos canales abiertos y en la señal de cable Nickelodeon, al punto de que un disco tributo con participación de grandes artistas como Café Tacuba, Francisca Valenzuela, Chancho en Piedra y Los Bunkers; hicieron una exitosa película; la rompieron en Lollapalooza 2012; y sus actuaciones en vivo han sido un fulgurante éxito. Mientras a Nicolini solamente lo conocen en Chile, “31 Minutos” es un fenómeno que traspasa generaciones y fronteras, perfectamente comparable a los Muppets, Plaza Sésamo y a los programas de Roberto Gómez Bolaños.
Lo de “los apitutados aparecidos que fueron a lamerle las patas al CNTV” me parece una injuria del porte de una catedral, y revela que Nicolini habla desde la ignorancia más absoluta del escenario televisivo actual. ¿Sabrá quiénes son Álvaro Díaz y Pedro Peirano? Ambos fueron parte del efímero, pero fructífero proyecto de Rock & Pop TV, canal en el que ‘se pelaba el ajo’ y ‘se gastaban las suelas de los zapatos’ tanto o más que en UCV-TV, y del cual salieron muchos de los rostros que ‘la llevan’ en la televisión de hoy. Díaz y Peirano fueron parte de “Plan Zeta”, un programa humorístico que causó conmoción a finales de los 90, y que actualmente es considerado ‘de culto’, y generaron productos de gran calidad como “El Factor Humano”. Además, fueron colaboradores del “The Clinic” durante mucho tiempo. Por su lado, Peirano tuvo participación destacada en dos de las mejores películas nacionales de los últimos años: “La Nana” y “No!”, la cual fue postulada el año pasado al Oscar a la mejor película extranjera. Si tuviera que hacer una lista de los veinte personajes más relevantes de la historia de la televisión chilena, incluiría sin lugar a dudas a la dupla “Díaz-Peirano” junto con Don Francisco, Felipe Camiroaga, Raúl Matas, Julio Martínez, la dupla “Livingstone-Carcuro”, el trío “Pedreros-Ravani-Alarcón”, Gonzalo Bertrán, Hernán Olguín, Antonio Vodanovic y otros próceres. Además, son parte del equipo de “31 Minutos” gente talentosísima como Rodrigo Salinas, Jani Dueñas, Diana Massis, Pedro Piedra y los integrantes de los “Chancho en Piedra”. Creo que la falta de respeto a la trayectoria la cometió Roberto Nicolini, pues en todos sus años no ha logrado ni la décima parte que lo que han conseguido los “lamebotas, aparecidos y apitutados” de la productora APLAPLAC. Son gente talentosa, esforzada y que no se merece ser basureada de esa manera.
“31 Minutos” cambió las reglas del juego, y los ‘próceres’ de la televisión infantil de antaño trataron de adaptarse como pudieron: “Pin Pon” mantuvo presencia hasta la muerte de Jorge Guerra, e incluso fue objeto de una desopilante parodia por parte de la dupla de Kurt Carrera y Pablo Zamora en “Morandé con Compañía”; la “Tía Patricia” ahora es una importante ejecutiva televisiva; “Los Bochincheros” desaparecieron del mapa, y el tío Memo y la Tía Pucherito son íconos “kitsch”; Iván Arenas se reinventó exitosamente como comediante; “Cachureos” gira a cuenta de la nostalgia, y se mantiene vigente fuera de la televisión. El “cabezón” Marcelo fue en su comienzo muy crítico de “31 Minutos”, pero después del exitazo en el Festival de Viña 2013 hizo gala de un gran ojo comercial y decidió ir con su espectáculo al “Lollapalooza” de ese año, con gran éxito. “Mazapán” desapareció de la televisión, pero sigue en pie con sus lindas canciones y también la rompieron en “Lollapalooza”.
Hay una película antigua llamada “Sunset Boulevard”, que trata de la historia de una actriz diva del cine mudo, que se resistió a la llegada del cine sonoro y entró en un estado de locura y decadencia. Me parece que esa actriz retrata plenamente la situación de Nicolini en lo referente a la televisión infantil. Al ‘tío Roberto’ le pasó lo mismo que a Feria Mix: quedó out por no saber adaptarse a los tiempos. ¿Qué ha hecho para renovarse, para generar un producto acorde a la situación actual de la televisión? ¿Sería capaz de satisfacer televisivamente a los niños de hoy, que son distintos y viven en un contexto muy diferente a la época gloriosa del “Pipiripao”? En lo que respecta a televisión infantil, Nicolini perdió vigencia no por ‘viejo’ y ‘gordo’ sino que por ‘lento’ y ‘obsoleto’. Creo que sus palabras, además de ignorancia, revelan frustración y quizás resentimiento.
Un último detalle: en la entrevista de “Intrusos”, Nicolini “les deseó suerte en el festival”. Que alguien le informe que estuvieron el año pasado en el escenario de la Quinta Vergara e hicieron un espectáculo de clase mundial, con éxito rotundo de público y de crítica, y un rating de 53 puntos que solamente logran los partidos de la selección chilena. Esta es una clara demostración de que el ‘tío Roberto’ está más perdido que Arturo Prat en la Guerra de las Galaxias.