El actor conversó brevemente respecto a los cambios que ha experimentado Franco a lo largo de la historia de la teleserie diurna de Mega. Desde su comienzo hasta ahora, donde ha tenido que tomar el rol de patriarca de la familia Soto, tras la muerte de su padre.
En ese sentido, sostiene que «Franco Soto parte comienza como este «galán de reality» como lo solía llamar Agustina antes. Parte siendo un tipo que andaba moto, que se iba a casar con Rocío, un poquito flojo, como medio Don Juan, picarón, y de a poquito le van pasando cosas, que lo hacen madurar que lo hacen ir cambiando de piel, que lo hacen darse cuenta de que tiene que crecer, que tiene que pensar más como adulto y la continua insistencia de encontrar el amor. No muchas veces lo logra».
«Se involucra con Agustina, con Rocío, con Nadia, con la Roxana, una vez para sacar celos, y otras para hacer valido el refrán de “un clavo saca otro clavo”, hasta que le van pasando cosas terribles como la muerte de su padre. La muerte de José lo apagó un poquito, lo cambia radicalmente como persona. Esta especia de relación que tiene con María Luisa también lo confunde, porque pasan por todos los estados, lo confunde, hay un sinfín de cosas que hacen que se aprecie un crecimiento de personaje y lo hace mucho más rico de interpretar. El público, por el tiempo ya que llevamos al aire lo conoce y lo entiende, y es testigo de este crecimiento».
Respecto a cómo ha tenido que enfrentar Franco este nuevo rol como patriarca de su familia, tras la partida de José, Vergara afrima que «la historia empieza con la mamá ya muerta, y él intenta no demostrarlo por cómo fue criado: machista, donde los hombres no lloran… Pero ya cuando se les cae esta especie de pilar que era el rey, esta persona que era todo para Franco, él intenta ser una copia fiel de José Soto y así lo hace de alguna forma».
Agrega que «sin tener mucha expertiz en negocios y administración, él siempre va a poner la cara y va a enfrentar a la persona que sea necesario para que el nombre de José Soto se mantenga. Las cosas se van confundiendo, aparece María Luisa, el conflicto con la hermana, que llega este hermano que él no conocía. Las cosas se empiezan a confundir y empiezan a haber problemas tras problemas, cosas que nublan un poco el título que de alguna forma se gana Franco por herencia. Pero él, de todas formas, se lo tomó de manera seria y es la armadura de Franco».
Consultado por su relación con María Luisa, quien en su minuto se iba a convertir en su madrastra, indica que con la llegada de Francesco, «la primera vez que lo ve no confía mucho, le da malas pulgas, encuentra que es un tipo que puede ser chanta y cuando ve que hay unas miradas medias peligrosas con María Luisa, Franco saca sus garras y en un par de palabras le dice que no, que no pellizque la uva. Probablemente, sufra Franco, porque es un tipo temperamental, es un poco polar, en el sentido de ser un poco extremo: estar bien o estar mal, le cuesta en el amor ser alguien equilibrado».