Fue a principios de mayo que a través de su cuenta de Twitter la actriz reveló que se había sumado a la lista de despidos del matinal de TVN, señalando: “Me sumo a la lista de despidos de TVN, ojalá encuentre el rumbo, a mis compañeros me los llevo en el corazón, gracias por todo”. De hecho, en conversación con «Intrusos» aseguró que no le habían dado razón alguna.
Anoche, en el estelar «Vértigo», Renata Bravo entregó más detalles sobre su salida del «Buenos Días a Todos y ante la pregunta ‘por qué la habían despedido’, fue honesta al responder: «No sé».
«Primero, le tengo un cariño enorme a TVN. Trabajé allá muchos años, casi partí mi carrera en el Buenos Días a Todos, después con Pedro Carcuro en el De Pé a Pá, después en Los Venegas… Le tengo un cariño tremendo», partió diciendo ante la insistencia de Martín Cárcamo.
Luego siguió: «Me llaman en septiembre del año pasado el equipo del BDAT con un nuevo jefe, que se incorporaba. Nos llamaron a cinco panelistas para tratar de hacer un programa entretenido, qué se yo, sabiendo que se estaba hundiendo el programa. Me sorprendió que me hayan llamado, sobre todo cuando estaban en tan mala racha. Yo iba feliz de la vida porque lo iba a pasar el descuelle».
«Cambiaron a los jefes en diciembre y esta nueva jefa, la Cheña, me contrata y me dice que me va a contratar todo el año porque le encanta mi trabajo. Yo estaba feliz. (…) Después me empezaron a decir que fuera todos los días», agregó.
Tras su buena evaluación en el matinal, donde incluso el Gerente de Producción de TVN la felicito, vino un nuevo cambio de jefes. «Llegaron estos dos personajes de Mega que, en verdad yo nunca los conocí, o sea la gente que me echó no tiene cara, porque nunca los conocí», sostuvo.
Ahí reveló que la echaron por teléfono. “La gente que entra tiene todo el derecho de cambiar, lógico, como en todas las empresas. De cambiar al equipo, eso no lo discuto. A mí lo que me dolió fue la forma. Creo que nadie se merece que no te den una explicación”, dijo.
“Cuando ellos llegaron pasó un mes que yo iba todos los martes y jueves y me dejaban afuera, detrás de la cámara, maquillada. Con mi micrófono, mi ropita. De hecho la Karen y la Javi me decían que entre, y le preguntaba al coordinador de piso, y me decía que no, que debía esperar un rato. Y hasta las 12 del día me tenían sentada esperando y no pasaba nada”, contó.
«Uno trabaja por plata pero fue súper humillante la forma. Yo me hacía la dura, trataba de subir el ánimo a mis compañeros, sabía que estaba en un momento super duro”, concluyó.