Al principio, muchos dudamos de que Chilevisión pudiera sacar adelante este evento. Sin embargo, hay que reconocer que no solamente lo lograron, sino que además demostraron que la elección de la Municipalidad de Viña fue acertada.
El canal privado tiró toda la carne a la parrilla y se jugó por innovaciones audaces: un escenario espectacular, una orquesta renovada, el interesante intento de revitalización de las competencias, etc. Chilevisión le sacó hasta la última gota de jugo al festival, y lo transformó en un éxito de rating, audiencia y crítica que los deja en una posición expectante en el mercado televisivo. En general los fixtures estuvieron bien armados, salvo la quinta jornada, donde debieron abrir Los Jaivas y cerrar Sting.
Animadores para el futuro: Este evento constituyó un verdadero “bautizo de fuego” para Rafael Araneda. El tío conductor, resistido por muchos por su imagen de “yerno ideal que nunca queda mal con nadie”, tuvo que lidiar como nunca en su carrera con situaciones complicadas, la mayor parte de las cuales no fueron su culpa. No fue su culpa que el “ego artístico” de Dino Gordillo y Américo no se pudiera compatibilizar con el manejo de los tiempos televisivos. No fue su culpa que Sting se haya mandado un espectáculo de clase mundial y el público rockero no entendiera que ya había cumplido con la actuación pactada. Sin embargo, demostró profesionalismo, dignidad y carácter para manejar todo esto. No cualquiera soporta estoico a 15 mil rockeros cuarentones gritando “Rafa, escucha, ándate a la chucha” e invocando el fantasma de Antonio Vodanovic. Por su parte, Eva Gómez cumplió un buen cometido, sin grandes errores, aunque con la sensación de su partner actuó como fusible y se llevó el peso de la polémica. Es una dupla de proyección que, Dios mediante, debiera seguir a cargo del evento por los próximos años.
Revitalizando las competencias: Este año se hizo un audaz intento de devolverle algo de importancia a las competencias. Redujeron el número de competidores (buena idea); designaron un único jurado para el folklore y la internacional (idea debatible); complementaron las actuaciones con puestas en escena dignas de la entrega de los Grammy (gran idea); y la mayor innovación de todas: el esquema estilo “Talento Chileno”, con jurados dando su nota al público y a los televidentes. Esto último puede ser un arma de doble filo. En este año, las dos canciones triunfadoras superaron por mucho a las otras finalistas, por lo que el final se hizo predecible. Tendría que haber ocurrido algo muy insólito para que Sierra Noble y Valentina Quiroga no hubieran ganado sus respectivas competencias. Estimo que en la medida que haya competidores de mejor nivel y más parejos entre ellos, esta idea podrá rendir mejores frutos.
El humor bajó de nivel: La gran deuda pendiente para el 2012. De los cuatro humoristas presentes, uno salió del paso con una rutina repetida (Dino Gordillo), dos hicieron una verdadera oda al humor de parrillada (Oscar Gangas y Mauricio Flores) y al último el monstruo se lo devoró con bisoñé y todo (Ricardo Meruane). En el caso de Gangas se entiende por el morbo que había en torno a su actuación, y lo de Flores no fue ni más ni menos que lo que hace habitualmente en Morandé con Compañía y en su espectáculo revisteril. Hay mucho que analizar (les recomiendo el post de Amphoth3ra en su blog). Estábamos acostumbrados a humoristas como Coco Legrand, Bombo Fica, Alvaro Salas, Palta Meléndez y Stefan Kramer quienes, sin hacerle asco al doble sentido (lo que sería suicida además de ingenuo) nos deleitaron con rutinas sofisticadas, llenas de talento, ingenio, profundidad y hasta audacia. Al respecto, sorprende el bajo nivel que vimos este año: abuso de los clásicos chistes de gays (que ya se no se puede hacer impunemente como antes), borrachitos y suegras, y con sobredosis de tallas de la cintura para abajo. Lo peor fue el casi nulo aprovechamiento de la contingencia y la actualidad, en un año en que ésta dio material como nunca: los condoros verbales del Presidente Piñera; el terremoto; los 33 mineros; la crisis de la ANFP; Alinco y su 4X4; el caso Karadima; Ximena Ossandón y su sueldo “reguleque”; la “Quintrala”; el caso Van Rysselberghe; etc. Con tanto material, el “Palta” Meléndez se habría mandado un verdadero festín. En un año en que Kramer se dio el lujo en la Teletón de reírse del Presidente de la República en su propia cara y por cadena nacional, y donde “Los Difamadores” se hicieron el pino con el humor contingente, el que estos humoristas apenas hayan mencionado la actualidad constituye una farra lamentable y una imperdonable demostración de flojera profesional.
Un minuto de silencio por el reggaetón : Después de años de reinado, este año parece marcar el fin de la “dictadura del reggaetón ”. Por primera vez no hubo representantes genuinos de este género. Calle 13 demostró que trasciende por mucho ese género, y Pitbull es más un entretenedor de discotecas. Parece que llegó la hora de la cumbia, como quedó en evidencia en el cierre con Villa cariño y los Viking 5.
TV vs Calidad Artística: Se confirma que rating y calidad artística no sólo no van de la mano, sino que incluso pueden entrar en abierto conflicto. Mientras el inolvidable show de Sting apenas rozó los 30 puntos de rating, la oda a la coprolalia de Mauricio Flores llegó a los 56. ¿Qué es el festival: un espectáculo de música o un programa de TV? Parece ser una mezcla de ambos, lo que resulta complicado pues hay que compatibilizar dos criterios (el artístico y el televisivo) que muchas veces se aprecian irreconciliables.
Lo peor del evento: del más malo al menos malo: 1º) Ricardo Meruane; 2º) Pitbull; 3º) Mauricio Flores; 4º) Oscar Gangas; 5º) Dino Gordillo; 6º) Carlos Baute
Lo mejor del evento: La mayoría de los shows fueron de gran nivel. Se me parte el corazón al tomar la decisión del mejor, pues hubo dos actuaciones superlativas: Calle 13 y Sting. Ambos, desde sus muy diferentes perspectivas artísticas, representan lo que muchos esperamos de este evento: calidad artística y audacia. Lo de Sting fue altísimo vuelo, y sería incalificable no ponerlo en la cima. Sin embargo, me llegó mucho más (por un tema subjetivo) lo de Residente, Visitante y la simpatiquísima PG-13. Ante ello, opté por la solución más salomónica: darles el primer lugar a ambos en empate.
1º) Calle 13 y Sting
2º) Roberto Carlos
3º) Alejandro Sanz
4º) Chayanne
5º) Aventura
6º) Américo
Menciones honrosas: Yuri, Los Jaivas y Noel Schrajis