El Festival del Huaso de Olmué 2017 dejó un gran sabor de boca en TVN. Por cuatro días, TVN recordó los viejos tiempos en los cuales dominaba el rating. Los mejores momentos los logró en las rutinas humorísticas de Alison Mandel, Pedro Ruminot, Ragadast, y en especial en la notable rutina de Bombo Fica, que logró picar en 30 puntos.
Astuta la estrategia del matrimonio Ruminot -Mandel de ir en días distintos y tirarse palos entre ellos. Alison Mandel logró hacer reír haciendo pedazos a su marido y generó expectativas para la revancha del día siguiente, y Ruminot demostró que aprendió las lecciones de su paso por el Festival de Viña, con una rutina archiprobada en el show “Ruta 5” y llena de humor negro, incluida la caricatura de los “Testigos de Jehová de la comida” que sacó ronchas en el mundo vegano
Ragadast, versión argentina y sin “malicia” de Edo Caroe, hizo gala de un talento multifacético. Magia, stand up y malabarismo mezclados en un entretenido show. Con este show Radagast se transformó en una carta digna de considerar para el Festival de Viña del 2018.
Lo de Bombo Fica fue simplemente notable. Con una actuación donde intercaló grandes momentos, como la clase magistral de historia de Chile, con algunos baches como el poco logrado dúo humorístico con Mariela Montero y las referencias de doble sentido a las colombianas con la actriz de la teleserie «La Colombiana» en primera fila, logró reventar el rating como en los buenos tiempos de TVN. Lo que hizo Fica es «quemar» su espectáculo «Como Bombo en Fiesta» (ahora empieza con otro llamado «Sospechosa la Weá. Dio gusto ver a la Diosa Mariela Montero demostrando que es mucho más que una «chica reality» y fue una agradable sorpresa ver a esa leyenda viviente del espectáculo chileno que es Willy Benítez haciendo un stand up de primer nivel. Aunque Bombo Fica quiso reivindicar el humor clásico, me da la impresión que puso atención en las nuevas propuestas y tomó elementos de ellas. En lo de Fica vi mucho de Coco Legrand e incluso de Edo Caroe.
El resto del show estuvo en general a buen nivel: Karen Doggenweiller y un afónico Leo Caprile demostraron oficio y categoría; Myriam Hernández le sacó brillo a su chapa de ícono del pop nacional, y logró imponer su repertorio y presencia sobre las dudas del estado actual de su voz; Pedro Fernández hizo bailar al Patagual con su clase; etc. Al debe el humor de bajísimo nivel de los “Paya Hop”. Pasar del espectáculo de clase internacional de Bombo Fica a la rutina básica y canera del dúo callejero fue como pasar sin escalas de Paul McCartney a Tito el Bambino.
Olmué le mostró el camino al canal estatal para acabar con el monopolio de Mega: traer buenos comediantes y darles chipe libre, espacio y recursos para decir lo que quieran. Ya lo intentaron el año pasado con “45 años de un Coco” y «Kamaleón», y lo hacen ahora con el “Re-Jappening”. Quizás falta tomar mejores decisiones en cuanto a programación y dejar que los artistas desarrollen su trabajo en total libertad. Lo de los humoristas de Olmué se suma a los shows de Edo Caroe, Natalia Valdebenito y Rodrigo González en el pasado Festival de Viña. La gente busca risa, y quizás por eso privilegian programas como “Vértigo” y “Morandé con Compañía”. Pero parecen querer rutinas “con valor agregado”, con contingencia, que dejen algo más, como la verdadera cátedra de historia de Chile que hizo Bombo Fica en el Patagual.
Este año se acaba la concesión de Olmué para TVN, pero todo indica que el canal público quiere seguir con este, y la municipalidad también. Tal parece que Olmué le conviene al “canal de todos”, pues le proporciona un salvavidas de rating, y le permite ir viendo qué es lo que funciona. Me imagino que Jaime de Aguirre, un tipo que sabe de televisión, habrá tomado conveniente nota de lo que pasó.