Este Festival de Olmué 2018 dejó muchas cosas en que pensar. De partida, la ratificación de que los festivales son una buena apuesta para los canales. TVN acaparó el rating durante los cuatro días que duró el evento, lo que es señal de que no están muertos y van a dar la pelea. Segundo, la constatación de que Karen Doggenweiller sigue siendo la Primera Dama del canal público (bueno, el único lugar donde puede ser Primera Dama) y que Leo Caprile todavía tiene mucho que decir en la TV abierta.
Existen los artistas que cultivan el folklore en sus formas más tradicionales, y tratan de preservar su “pureza” con un rigor muchas veces digno de fundamentalistas islámicos. Ahí están Violeta Parra, Margot Loyola y los Quincheros. Y también existen los que crean música original mezclando diversas influencias. Ahí tenemos a Víctor Jara, Residente, Gepe y Moral Distraída. Los primeros son respetables y necesarios, pero los segundos son los que hacen progresar a la música. Los primeros suelen acusar absurdamente a los segundos de “profanar” y “faltarle el respeto” al folklore, como le pasó a Gepe después de su show en el Festival de Viña, como si tuvieran la obligación de respetarlos.
Este año el evento del Patagual se transformó en una celebración de la multiculturalidad y el mestizaje musical. La mayor parte de los invitados (Residente, Camila Gallardo, Moral Distraída, Gipsy Kings, Santaferia y Gepe) son artistas que se caracterizan por generar música nueva a partir de la fusión de diversos estilos: andino, caribeño, urbano, rock y hasta celta. Olmué, el máximo festival folklórico de Chile, un lugar donde se cultiva el folklore chileno en sus formas más tradicionales, el principal reducto del purismo folklórico, ahora se abre a la “música para el mundo”, y eso es muy difícil de digerir para aquellos que consideran el folklore y las tradiciones poco menos que como una religión. El evento del Patagual es el segundo Festival de Verano más importante después de Viña, y ya ha adquirido algunos de sus “vicios”, en especial debido a su carácter televisivo. Seamos claros: si Olmué fuera 100% folclor chileno tradicional difícilmente sería atractivo para la TV abierta. Y por ello han tenido que abrirse a otros estilos.
Así, la jornada inaugural empezó con un hermoso y asertivo homenaje a los inmigrantes, para luego dar paso a Residente, el arquetipo máximo del mestizaje musical; El tercer día Los Huasos Quincheros, representantes del purismo musical chileno, tuvieron una presentación lenta y accidentada, mientras poco después los “Gipsy Kings”, otro ícono de multiculturalidad, la rompía con su rumba gitana; y en la obertura de la noche de cierre se le rinde un justo homenaje a Florcita Motuda, el transgresor por excelencia de la música chilena, y Gepe la rompe.
Todo esto hace razonable la pregunta que algunos se han planteado: ¿tiene sentido que este festival mantenga el apelativo “del Huaso”? Creo que no. Lo mejor es sincerar las cosas y hablar de “Festival de Olmué” a secas.
Análisis jornada por jornada por jornada:
Dia 01, Jueves 25 de Enero
Residente: Demostró porqué juega en las ligas mayores de la industria musical. Repertorio potente, tanto en los recuerdos de Calle 13 como en sus temas solistas. Su mestizaje de estilos musicales transforma su música en algo único. Un acierto llevarlo a abrir un evento cuya temática central gira en torno a la integración de los inmigrantes. Además la banda realmente de lujo, aunque se echaron de menos los bronces, el clarinete de Visitante y, en especial, la presencia de la PG-13, que ahora tiene su propia y exitosa carrera solista bajo el nombre de Ile, y que sería una gran carta para ediciones futuras.
Felipe Avello: logró sorprender al público con una propuesta humorística distinta, muy simpática, y con harta interacción con el público (Fabrizio Copano hizo escuela). Con esto se ganó el derecho de ser tomado en serio como comediante, dejando en el pasado su imagen de freak.
Camila Gallardo: es la versión para nerds de Mon Laferte. Hermosísima (me mató su look de profe de matemáticas sexy), voz potente de rockera a lo Janis Joplin, muy buenas canciones y una excelente banda de acompañamiento. Lo suyo fue un show de pop de muy buen nivel, con el que le alcanza de más para pelear en las ligas mayores de la industria musical. Se entienden las quejas respecto a la poca presencia de cantantes mujeres este año en El Patagual. Chile tiene en estos momentos un diverso y talentoso “Dream Team” de cantantes femeninas: Mon Laferte, Nicole, Francisca Valenzuela, Javiera Mena, Ana Tijoux, Camila Gallardo, Denise Rosenthal, María José Quintanilla, Camila Moreno y alguna más que se olvida.
Moral Distraída: Artistazos, con una banda de músicos de verdad y canciones potentes. El cover de «La Funa» con el mismísimo Joe Vasconcellos de invitado fue de antología, con un exquisito toque de salsa. Hasta el reggaetón les sale con clase y arte. Los hermanos Zicavo, “los Maluma de las chicas progres” (pololean con Denise Rosenthal y Camila Vallejo) son muy buenos cantantes y unos frontmen con personalidad (te la encargo salir a cantar con shorts rosados en plena madrugada). Se nota que pasaron su niñez en Cuba: corren notas de son cubano y salsa por sus venas. De ser cierto que les dieron muy poco tiempo y dejaron muchas canciones fuera, tienen de sobra para romperla en Viña y salir hacia el mundo.
Dia 02, Viernes 26 de Enero
Edo Caroe: Los shows en Olmué 2015 y Viña 2016 fueron para Caroe lo que el Mundial de México 1986 fue para Maradona. No hay como superar eso. Muchos esperaban al Edo de esos festivales o al de “Mentiras Verdaderas”, con su humor negro despiadado y criticando sin piedad la contingencia. Por ello a muchos les decepcionó lo que hizo en su segunda vez en Olmué. Su rutina fue inteligente y asertiva, mostrando madurez y mejor manejo de los tiempos, que fue lo que afectó un poco su show en Viña.Logró sus buenas risas y un excelente rating. El truco de magia de las pelotas, simplemente espectacular. Lo vi como público en el Casino de Viña, pero en un escenario masivo es otra cosa.
Enanitos Verdes: Esa fue una jornada horrible para todos los “verdes”. Carabineros tratando de salir del paso del desaguisado de la “Operación Huracán”; Wanderers devorado con papitas duquesa por Colo-Colo en la final de la Supercopa; y el decepcionante desempeño de los Enanitos Verdes, quizás lo más bajo de Olmué. Sonaron bien, demostraron oficio, tienen un repertorio entrañable al que le sacan justo provecho, pero se evidenciaron problemas de sonido, y Marciano Cantero tenía la voz traposa, como si estuviera en plena resaca o recién llegando de un carrete. Físicamente hasta se parecía a Charly García con la caña.
Rodrigo González: Simpático, agradable, sacó sus buenas carcajadas, aunque tendió a repetirse mucho. Con todo respeto, sobró en esta jornada.
La Cumbia: cumplió con lo que se esperaba de ellos: los recuerdos de la “Movida Tropical”.
Dia 03, Sábado 27 de Enero
Los Huasos Quincheros: Paradójicamente el único número auténticamente “huaso” de este año terminó siendo bicho raro en el Festival “del Huaso”. De partida, faltó su integrante más icónico. Los Huasos Quincheros sin Benjamín Mackenna son como Los Tres sin Álvaro Henríquez. El furioso fan club “la vagancia” de Santaferia encabezó pifias injustas e inmerecidas para uno de los grupos folklóricos más importantes de Chile. Más allá de no se concuerde con ellos en algunos aspectos, artísticamente son respetables y tienen su lugar bien ganado. Les pasaron la cuenta por lo que representan artísticamente (el folklore de los patrones del fundo, la banda sonora del Señor de la Querencia), por su ligazón ideológica con la Dictadura, y por ciertas actitudes que tuvieron en esos tiempo como burlarse de los caídos de la izquierda durante el golpe del 73 y por el rol de censor de Mackenna en esa época, donde se le acusa de censurar discos (Fernando Ubiergo habría sido víctima de él) y destruir el catálogo de los músicos exiliados. Fuera de esos detalles, hicieron un buen show, aunque muy leeeeentos, con poco ritmo para estos tiempos.
Gipsy Kings: Da lo mismo que sean los originales, una facción o una banda tributo. Dictaron cátedra con sus clásicos de rumba gitana. Gran sonido y calidad. Un lujo tenerlos en Olmué.
Rodrigo Villegas: Reafirmó todo lo bueno que hizo en Viña 2017 con un show gracioso y entretenido, con stand up del mejor nivel. Su arriesgada decisión de salir del fundo televisivo del Kike Morandé para volar con alas propias resultó acertadísima. Ya tiene un nombre propio, y muy bien ganado.
Santaferia: Muy buenos músicos, entretenidos y prendidos. El grupo de fans más fiel después de la comunidad marrana de “Chancho en Piedra”. Tremendo fin de fiesta con su “cumbia casera”.
Dia 04, Domingo 28 de Enero
Alvaro Salas: Sacó risas y gran rating apelando a su estilo de siempre. No creo que haya repetido mucho, pero claramente es el mismo tipo de rutina que le conocemos desde que se separó de Pujillay. Tal como le pasó a Caroe, cumplió a cabalidad con el rating y las risas, pero lo reventaron en redes sociales. Creo que estuvo muy bien.
Gepe: Otro ícono del mestizaje musical. Mostró un show sólido y entretenido, con una hermosa intervención de la folclorista Maria Esther Zamora cantando cueca. Gepe ya es todo un consagrado a estas alturas.
Jordan: Exponente de la “cumbia con traje de etiqueta”, en la línea de Américo y Noche de Brujas. Buen cantante, de voz potentísima, con una muy buena orquesta. Sin embargo, cuesta no verlo como una versión de segunda mano de Américo.