En el pasado Festival de Viña quedó en evidencia el crecimiento de Rafael Araneda como animador, que lo tiene en estos momentos como el más importante de la TV chilena.
El reciente festival nos mostró a un Rafael Araneda transformado en un maestro de ceremonias hecho y derecho, empoderado en su puesto y siempre en control de la situación, esta vez ayudado por una compañera como Carola de Moras que ejerció de verdadera partner y no trató de robarse la película como su antecesora. Dos hechos particulares lo reflejan claramente: cuando se salió del libreto e invitó a Sergio Lagos, anterior conductor de Viña y rostro de la competencia, a subir al escenario junto con su hijo a entregarle la Gaviota de Oro a su esposa Nicole; y la entrega de premios a Yusuf Cat Stevens, donde evidenció que aprendió la lección de la bochornosa entrega de los premios a Elton John el 2013.
Han pasado casi veinte años desde que Rafa llegó a La Red como un simple practicante de periodismo, y de a poco se transformó en el rostro insignia del canal. Aún recuerdo la época del «Revolviéndola», un humilde pero digno programa de entretención que se hacía en esa época, y que tuvo su mejor momento en los recordados veranos de 1997 y 1998 en el castillo en La Serena. Ya en esa época era denominado como “el yerno ideal”, la encarnación máxima del pololo que todas las madres quisieran para sus hijas: simpático, educado, sano y sin vicios aparentes. Esa misma imagen lo hizo detestable en sectores más intelectualizados o alternativos, para los cuales era el destinatario natural de aquella canción de Los Prisioneros llamada “Nunca quedas mal con nadie”. En 1998 parte a TVN, donde estuvo varios años conduciendo programas de discreta repercusión hasta que le dieron “Rojo, Fama Contra Fama”, donde se transformó en el “Tío Conductor”, y desde entonces logró posicionarse de la mano de ese notable fenómeno artístico-televisivo que llenó al medio nacional de artistas de gran nivel y que terminó por derribar al antes indestructible “Mekano”. A pesar del fenómeno “Rojo”, Araneda nunca dejó de estar a la sombra de Felipe Camiroaga, y a lo mejor eso explica su partida a Chilevisión el 2010, para hacerse cargo del Festival de Viña.
Paralelamente a ello, Araneda empezó a realizar programas para TV Azteca, logrando ganarse un lugar en el ultra exigente y ultra nacionalista medio televisivo mexicano, y más encima compitiendo contra el gran gigante Televisa. Este hecho no es menor, y creo que no se ha destacado lo suficiente. Se hizo un lugar en un medio en el cual Don Francisco, el más importante rostro de la historia de la TV chilena, jamás logró entrar. Además, en las últimas teletones se ha visto a Rafa tomando un rol preponderante, lo que se vio reflejado en que fue el encargado de ir al Estadio Nacional para avisar que se trasladaba el cierre al teatro online casino por la lluvia.
Además de su éxito televisivo, Rafael Araneda parece también haber triunfado en los demás aspectos de la vida: tiene un estable matrimonio con Marcela Vacarezza, una de las mujeres más deseadas de los años 90, con tres lindos hijos; y a la fecha no se le conoce ningún escándalo o desliz (el rumor de un supuesto affaire con una actriz o animadora mexicana no dio ni para noticia). Se podría decir que terminó confirmando en los hechos la imagen de “yerno ideal” que tenía en los 90.
Creo que, en estos momentos, Rafael Araneda es el conductor más importante de la TV abierta chilena. Después de que se dejó de dar “Sábado Gigante” en Chile, Don Francisco aparece solamente en la Teletón y en una que otra entrevista; Antonio Vodanovic está semijubilado y en un plano secundario; Julián Elfenbein y Martín Cárcamo, animadores de matinales, no han podido superar el recuerdo de Felipe Camiroaga; José Miguel Viñuela no ha estado ni cerca de replicar el éxito de “Mekano”; Cristián Sánchez, Eduardo Fuentes y Leo Caprile aparecen en programas de bajo perfil; Sergio Lagos perdió presencia con la caída de los realities del Canal 13; Jean Phillipe Crettón se perdió con su salida de La Red; Kike Morandé se mantiene firme en su insumergible reducto y no parece aspirar a más; Luis Jara recién está destacando ahora como conductor de matinal, etc. No hay nadie que parezca amagar al Rafa por ahora.
Realmente, el ejecutivo o personero de La Red que decidió darle la posibilidad de animar tuvo un ojo clínico notable. Y Rafa aprovechó las oportunidades, tuvo paciencia y aguante cuando las cosas no se le daban, y por eso está ahora donde está. Realmente se lo merece.