Tan sólo con ver unos minutos del nuevo programa de Chilevisión «Quiero un Cambio«, conducido por Francisca García Huidobro, pensé…»¡A lo que hemos llegado, Dios Santo!» ¿Cómo un canal de televisión chilena fomenta la mendicidad? ¿Cómo el CNTV permite la exhibición de programas de tal calaña? ¿Cuáles serán los próximos programas de CHV… uno estilo Trasplante Chileno donde se rematen órganos?
En el afán de impresionar y cautivar audiencia se pueden cometer muchos abusos. Y en ese colosal error cae «Quiero un Cambio», programa que Chilevisión vende como la oportunidad de ganar una cirugía que cambie la vida.
Reflexiono y me pregunto: ¿Será necesario realizar un concurso? ¿Por qué no se sigue el respeto al televidente como en programas como Vida o Diagnóstico? El programa partió con un «casting» de 6 «concursantes» que en 3 minutos debían convencer al «jurado» para ganarse la opción de la cirugía. Primer error: la humillación.
Dos pasaron, un joven, Alexander que obtuvo la operación por cambio de sexo y un adulto, Danton, quien obtuvo un lifting facial, liposucción y prótesis dentales. Ambos, escogidos por el jurado, contaron por qué merecían tal cambio, exponiendo no tan sólo su persona, sino su entorno familiar.
Quizás lo que más me chocó fue el enfoque del programa. Que se venda como concurso, que tengan que rogar por lograr una operación, que deban exponerse a un vejamen televisivo y, que a pesar de aceptar la televisación de su desesperada situación, no así sino que empeorar la opción de CHV por darle cabida a estos programas.
Y me sigo cuestionando, ¿dónde está la ética profesional? Sabemos de antemano mobile casino que Chilevisión se caracteriza por poseer un periodismo amarillista, pero ¿qué queda para los médicos y psicólogos que apoyan el proceso? Lamentablemente no existe un mínimo de respeto por las personas, ni tampoco logre vislumbrar los valores que deberían inculcarse en dichas carreras y traspasarse a los profesionales. Como dirían por ahí: «se vendieron».
No porque un canal tenga el afán de entretener debe transgredir la dignidad de las personas.
En estos momentos, estoy redactando mi reclamo al CNTV ¿lo hago o no? Para mí, esto es una transgresión grave a las Normas Generales sobre Contenidos de las Emisiones de Televisión, ya que muestra crueldad en la elección de los participantes, su exposición ante el país, y el lucro que obtiene CHV tras emitir un programa de tal calaña.
A nuestro pesar, o para usted lector, que está totalmente en contra de esta opinión, ¡Siempre habrá afrecho para los chanchos! Siempre habrá rating para programas excesivamente morbosos, que son capaces de exhibir, por ejemplo, la transformación sexual de un hombre a mujer con lujo de detalles, sin siquiera darnos la mínima opción de cerrar los ojos y advertirnos de lo fuerte que pueden llegar a ser estas imágenes.
Lo que concluimos es que CHV, con su larga data de mal periodismo, de programas con bajo contenido cultural, de lograr instaurar una línea editorial sensacionalista (la que es validada por el televidente chileno con audiencia) no hacen sino que potenciar y permitir que se promueva dicha dirección que al menos para mí es decadente y denigrante. Ya veo que vienen programas de quién vomita más, o quién se engaña a más pololas… o quien contagia a más personas con VIH… ¡VALOR!
Ojo, mi humilde opinión no quiere censurar estos tipos de programas, sino hacer reflexionar a los lectores de lo que permitimos en televisión.