En la última edición de «Tal Cual», la conductora del espacio se sinceró con respecto a su antiguo romance con nada más ni nada menos que Manolo Otero, reconocido cantante español. En esa línea, la «Quintrala» hizo un sorpresivo mea culpa sobre un personal arrepentimiento en la relación.
Todo comenzó cuando Raquel Argandoña hablaba con José Miguel Viñuela y Jordi Castell sobre diversos temas, fue en ese contexto que el fotógrafo y panelista del espacio recordó el fugaz romance. “Comiste harto bien ahí, encuentro yo, era un bombonazo. Era un bombonazo ese hombre cuando pololeo contigo”, declaró.
Sin embargo, la comunicadora fue más allá. “Todas mis etapas han sido buenas”, aseguró, aunque rápidamente sorprendió a los presentes con una inesperada confesión. Y es que en determinado momento el español visitó Chile y se puso en contacto con ella para visitarla, pero Argandoña declinó la invitación a la junta.
El profundo arrepentimiento de Argandoña
“Estaba en una relación y Manolo Otero me mandó a decir con un periodista que le encantaría visitarme, para conocer a mis hijos y todo. Y con la persona que yo estaba en ese momento me dijo ‘¡por ningún motivo!’”, explicó la animadora. “Yo dije ‘qué tengo que andarle preguntando a quién invito a mi casa’. Ese día estuve como tonta yo, porque yo nunca pregunto, yo siempre decido”, reflexionó.
A pesar de todo, el rostro de TV+ terminó decidiendo que no se reuniría con el artista. «Dije ‘en realidad, para qué voy a poner problema’ y no me junté con él”, comentó. “Después, al tiempo murió. Qué pena”, dijo a modo de lamento la influencer. En ese sentido, Castell señaló que probablemente el hombre quiso despedirse.
“Sí, qué tonta fui. Por eso ahora yo no pregunto nada”, manifestó. A continuación, Argandoña bromeó con que eventualmente se podrían juntar. “Que me espere en el cielo, ya voy a ir”, afirmó. Finalmente, reveló que Montero se llevaba muy bien con su madre
Posteriormente, recordó que el español se llevaba muy bien con su mamá en ese tiempo. “Vivían en la villa Frei y nosotros íbamos a tomar té. Todas las vecinas salían a mirarlo. Muy amoroso, muy cercano”, desclasificó, acotando a la vez que el noviazgo tuvo una duración de dos años.