Desde su estreno por las pantallas de TVN en 2003, “31 Minutos” se ha convertido en un programa de culto en Chile y muchos países de Latinoamérica. Con su humor absurdo y ácido, legó para siempre personajes entrañables como Juan Carlos Bodoque, Patana, Juanín Juan Harry y, por supuesto, Tulio Triviño, entre tantos otros. Hoy, Pedro Peirano, una de las mentes creadoras de este mundo, habla de la realidad sin sus títeres como intermediarios.
Peirano, que en el universo de «31 Minutos» presta su voz a Tulio, es periodista, guionista e ilustrador. En las entrevistas, el profesional suele referirse a los diferentes proyectos en los que participa a través de la productora Aplaplac, de la que es socio junto a Álvaro Díaz (tambièn periodista y la voz de ‘Juan Carlos Bodoque’). Y en el último tiempo, Peirano comenta sobre sus futuras tareas como showrunner de series de ficción de Sony.
Sin embargo, en la recientene entrevista que concedió a The Clinic, Pedro Peirano estuvo dispuesto a conversar de política y no dejó títere con cabeza.
En la oportunidad, manifestó su inquietud por la atracción que generan entre la juventud figuras que, a su juicio, son antidemocráticas.
“Lo que más preocupa y apena es algo que decía (Michelle) Bachelet el otro día: los jóvenes se sienten atraídos por la figura de Pinochet y han empezado a reproducir ciertos discursos de odio que parecían enterrados. Pinochet, Trump e incluso Milei, en Argentina, generan un fetichismo oculto que ahora se materializa en apoyo político”, señaló Peirano de manera tajante, aspectos lejos del humor, ácido, pero educativo, utilizado en «31 Minutos».
Villanos peores que en la ficción
Pedro Peirano, que vive entre Chile y Estados Unidos, tiene una mirada que trasciende fronteras. Dice que el país no es ajeno a un contexto global donde “la ultraderecha más imbécil” es la que está de moda.
“Es increíble ver que el mundo está dominado por villanos peores que los de cualquier ficción. Son puros hueones caricaturescos, gritones, ridículos, como el Hitler que uno veía gritando en sus videos de propaganda frente a toda esa gente que reaccionaba como ante un líder mesiánico. Las imágenes del presente son tan parecidas. Estamos en una regresión mental de la sociedad y volviendo a los años 30 del siglo pasado, en la pre Segunda Guerra Mundial, y es una moda que puede durar harto”, recalcó sin filtros.
A Peirano, creador de «31 Minutos», le apena pensar que muchos, él incluido, despreciaron décadas como los años 90 que, dada la actual realidad, no fueron tan malos.
“Lo más heavy es que la gente de ultraderecha más ridícula puede llegar a gobernar cualquier país. Lo que viene con eso será un mundo aún más intolerante, con pérdidas de derechos para todos y con líderes que se jactan de ser fachos y de controlar la vida y el alma de la gente”, afirmó Peirano.
Pero, no obstante su discurso antiderechista, Pedro Peirano también lanzó dardos en contra de la izquierda.
“La alternativa que hay es igual de mala. Hoy tenemos un enfrentamiento entre fascismos, porque la cultura woke es tan horrenda y facha como cualquier otro fanático de derecha”, expresó. “Son puras personas ‘waiting to be offended’ (esperando ser ofendidas) todo el rato”, acotó.
Contrario al lenguaje inclusivo
Peirano añadió que muchos de los que exigen una libertad absoluta han generado un clima hostil y restrictivo. “O sea, ¿por qué tienes que usar tantas etiquetas para todo? ¿Por qué hay tanta necesidad por definirse? Aunque soy súper respetuoso con la identidad de cada uno, no me cabe el lenguaje inclusivo, por ejemplo”, reconoció Peirano, el hombre tras el mundo de «31 Minutos».
“Yo siempre le pregunto a la gente: ¿qué género creen que tienen los animales?”, cuestionó. “Por un lado resulta fascinante que el lenguaje inclusivo traiga consigo otras lecturas y posibilidades, pero yo no lo uso y en lo personal me desagrada profundamente”, añadió Peirano.
Criticó también el estallido social. “Yo sentía que había una rabia intensa que había estado contenida durante mucho tiempo y a la que yo adhería o tenía simpatía, pero al mismo tiempo daba miedo porque la rabia es el peor consejero del mundo”, comentó Pedro Peirano al respecto. “Así pasó con la Convención Constitucional, con la primera eso sí, en la que todos teníamos la esperanza de cambiar el destino de este país y darle una nueva Constitución. Ya viste cómo terminó todo. Eligieron a la Tía Pikachu, al pelado estafador ese (…), parecían todos tan enojados, no se podía cantar el himno, y con lo que le gusta a algunos el himno. Entonces, era obvio que iba a cagar”, subrayó Peirano, aludiendo a un contexto en donde las situaciones eran como los guiones de sus títeres.
Ni bueno ni un desastre
Tampoco se salvó el gobierno del Presidente Gabriel Boric. “En general, lo he visto súper torpe. Ahora es amorfo, incluso, se siente poco cohesivo, poco coherente, y además son un escándalo tras otro; Monsalve fue la guinda de la torta”, comentó Peirano al respecto.
“Tampoco creo que sea una oportunidad perdida, pero sí hay que reconocer que hubo mucha soberbia, sobre todo al comienzo, y que es parte y un rasgo natural de una generación que dictaba las normas y reglas de lo que se debía hacer y lo que no”, destacó Peirano, padre de los títeres de «31 Munutos».
“Entonces, el gobierno es lo que es nomás; no es muy bueno, pero tampoco es un desastre. Yo espero que sea recordado por las cosas buenas, porque creo que el Presidente es un hueón querible”, sentenció.