La actriz y ex modelo habló directamente de las dificultades que ha debido atravesar por comenzar su carrera dentro del mundo de la belleza, viéndose constantemente estigmatizada y, por consiguiente, aminorada en sus capacidades.
Paloma Moreno se ha lucido interpretando a Luchita y a Dominga, dentro de la teleserie de Chilevisión «Gemelas». La artista ha conseguido dar vida a dos personajes completamente opuestos, ganando la aceptación del público y destacando de manera evidente.
Este éxito ha llevado a la «Gaviota del Norte» a ser entrevistada por la revista SML, donde realizó una osada sesión fotográfica y detalló cuál ha sido su experiencia en el ambiente artístico: «En Chile te encasillan, y eso es algo que me ha pasado durante toda mi carrera. Es como ‘¿pero tú no eras modelo?’, y sí, fui modelo, y no siento que ambas cosas sean excluyentes, que haya que ser una cosa. Es muy raro eso porque a la vez las especificidades no existen, todo el mundo es todo. Me parece que hay una dicotomía bien rara ahí. Además, el modelaje está ligado a un mundo superficial, como que si fuiste modelo no puedes ser una actriz seria».
«Como si estuvieses subvencionada por esta belleza que va más allá de ti y tú no haces nada. El modelaje es un mundo súper duro, súper árido muchas veces, exigente y muy profesional. En el momento en que yo trabajé ahí -y ahora debe haberse profesionalizado aún más-, era un mundo de verdad, que funciona con reglas súper claras. Son horas de trabajo en las que no te puedes sentar porque el vestido se arruga, tiempo en el que te tienes que poner al servicio de una puesta en escena que es el trabajo de mucha gente, viajar, moverte, dormir incómoda y muchas veces con mucha gente en la misma pieza. Es un mundo duro, y el mundo de la actuación también tiene de eso. Es súper distinto también, pero los dos tienen ese profesionalismo detrás que para mi es súper valioso», añadió.
Al ser consultada por su concepto de belleza, contó: «Creo que tiene que ver con irradiar algo especial de lo que no somos tan dueños y pienso que entender que no somos tan dueños es parte de ser bello. Para mi las personas más bellas son las que no están tan seguras de que son lindas. Pienso que la consiencia de eso hace que te mires mucho y eso no me gusta. Cuando miro a un hombre que está demasiado consciente de lo que tiene a su favor y tiene las plumas contadas, no lo encuentro tan atractivo como otro que es más torpe o que se pone rojo. Me resulta más atractiva esa belleza».
Finalmente, Moreno comentó cómo fue ser parte de «Gemelas»: «Grabar ‘Gemelas’ fue como jugar un partido de fútbol estando en los dos equipos. No paré, todo el año pasado estuve llegando a las ocho de la mañana al canal, donde trabajaba todo el día. Llegaba a mi casa en la noche a aprenderme las 15 o 17 escenas que me tocaban al día siguiente. Así de lunes a sábado. Fue una escuela de monje».