Desde el próximo martes, Chilevisión revelará la verdadera cara de quienes se esconden tras un perfil en redes sociales para conseguir una pareja. Se trata de “Espías del amor”, la versión chilena del exitoso programa de MTV “Catfish” que muestra a sus protagonistas de quiénes realmente se enamoraron por Internet. Ese mismo día, TVN estrenará “Happy Together”, un docureality que dará a conocer los esfuerzos de una pareja gay por adoptar un niño en nuestro país. Si bien ambos productos son atractivos y novedosos para quienes no cuentan con televisión de paga o que jamás han visto los programas originales, lo que estas producciones demuestran es una tendencia de la cual pocos canales se escapan: la falta de creatividad en generar contenidos propios y no basados en licencias extranjeras.
“The Switch” en Mega, “MasterChef” en Canal 13, “Maldita Moda” en CHV, “Lip Sync Chile” en TVN e, incluso, hasta “Intrusos” en La Red. La mayoría de las grandes apuestas de cada señal vienen con sello de calidad garantizado, aunque su éxito puede variar según factores como el horario, la adaptación o la situación del canal, por solo decir algunos.
Hoy las series y teleseries son los grandes retos para los creativos chilenos. Son los espacios para ratificar que las mentes de los guionistas y las productoras nacionales siguen haciendo sinapsis y no se duermen en los laureles. El resto privilegia formatos extranjeros que vienen con la palabra rating en su etiqueta de exportación. No se trata de agregarle ciertos elementos para hacerlo más cercano a nuestra cultura porque eso solo mantiene viva la ruta original del programa. Por ejemplo, si veo a Nicole presionando el botón rojo en “The Voice”, en Sony puedo ver a Gwen Stefani haciendo lo mismo e, incluso, girando su silla para el mismo lado que lo hace la chilena. El tema es más profundo que la simple adaptación, es un límite para las oportunidades.
Si la versión chilensis es buena o mala depende de los gustos de cada persona, esa no es mi crítica (al menos) en esta columna. Mi punto es que se está priorizando “irse a la segura” en vez de apostar por ideas creativas que marquen la diferencia. Chile ha generado productos de calidad para el mundo en diferentes géneros, como realities, estelares o teleseries, demostrando que la capacidad está ahí presente, solo que falta la corriente para que la ampolleta se encienda. La clave está en inspirarse, hacer bien el trabajo y desafiar el miedo al rating.