Se viene el primer Festival de Viña post-COVID 19, y el debut de Macarena Ripamonti como anfitriona del evento. Con las bajas y contrataciones de última hora ha dado mucho que hablar desde bastante tiempo antes de su inicio.
Tiene que ir sí o sí: Más de alguien sugirió la posibilidad de suspender el evento debido a los incendios en el sur de Chile, lo cual me parece una soberana estupidez. Aunque no lo parezca, el Festival no es un evento superfluo. Gran parte de industria turística de Viña en febrero depende de él, y eso implica puestos de trabajo e ingresos. Luego de la suspensión del Año Nuevo en el Mar, lo que menos se necesita ahora es darle el tiro de gracia al turismo en la Ciudad Jardín.
Al final habrá orquesta: Los gritos al cielo de Valentín Trujillo, la SCD, la alcaldesa Ripamonti, el concejal Lues y de diversos actores fueron escuchados. La comisión organizadora echó pie atrás y repuso la Orquesta Festival. Es un tema que se tendrá que analizar con más rigor y detenimiento para futuras ediciones.
La parrilla más desequilibrada de la historia: Con la caída de Maná y todo el efecto “Mariposa Traicionera” que se generó y decantó en la historiada deserción de Yerko Puchento y la posterior renuncia de Mauricio Correa, terminamos con un line up cargado al género urbano y a un público adolescente. De los doce números musicales, ocho son derechamente urbanos o al menos tienen una componente importante de ese género. Solamente Alejandro Fernández, Los Jaivas, Fito Páez y Christina Aguilera se pueden considerar «no urbanos». Una parrilla coherente con el fuerte dominio de dicho género en el panorama actual de la música, aunque complicada para un evento históricamente transversal. Como señaló el gran René Naranjo en Twitter, Viña 2023 “jubiló como espectadores a tod@s quienes salimos del colegio antes de 2010”. Los de 40 años y más no tenemos mucha idea de lo que pasa en la industria de la música mainstream. Nos quedamos en la época de la Feria del Disco. Una de los instrumentos más importantes para medir la relevancia de los artistas es Spotify, y los urbanos contratados para este año presumen de excelentes estadísticas en dicha plataforma.
DJ Maca Ripa con las manos atadas: Resulta injusto cargarle los problemas de este primer evento como anfitriona a la joven alcaldesa de Viña. No hubo festival en su primer año por la pandemia, y el contrato de concesión con Canal 13 y TVN firmado durante la gestión de su antecesora Virginia Reginato se extendió por dos años. Recién con el nuevo proceso de concesión del evento se podría notar la mano de Ripamonti, y para ese momento habrá elección de alcalde. Mientras dicho convenio esté vigente, su margen de maniobra es más bien reducido. Aun así, logró incidir en el retorno de la orquesta, la organización de la gala y en el fin de la elección de reina. Los problemas suscitados por la organización se pueden achacar más a Canal 13 y TVN, y a la productora Bizarro, la misma que tuvo problemas con el primer recital de Daddy Yankee el 2022. Tema aparte es la renuncia de Mauricio Correa como productor del evento en representación de Canal 13. En buen chileno, lo tenían “para la patada y el combo”, algo que un profesional de la televisión de su trayectoria no se merece.
Desafío mayor para la TV abierta: El principal evento televisivo chileno del año, nuestro propio “Super Bowl”, estará cargado de artistas cuyo target es un público adolescente centennial que no consume TV abierta, y que la considera poco menos que una reliquia. El público tradicional va a tener pocos incentivos para ver el Festival. Si hay gran rating, será por los centennials. El éxito de sintonía de Pailita y Polimá en la pasada Teletón puede ser señal de que los adolescentes sintonizarán sus televisores.
El fin de la «erección» de Reina: La alcaldesa Ripamonti, coherente con su postura feminista, le habría quitado el piso al concurso de belleza más “tuja” de todos los tiempos. Y es que, aparte de pasar sin pena ni gloria en las ediciones de 2019 y 2020, se había desnaturalizado hace rato. Dejó de ser un tema simpático, y se transformó en algo de muy bajo nivel, que terminó siendo casi un «Miss Café con Piernas» o un “Miss Only Fans”. Para este año se estaban anunciando candidatas de la quinta división de la farándula chilena, como las inefables Naya Fácil y Raquel Castillo. Lo van a reemplazar por el tema de los “embajadores del evento”.
El retorno de la Gala: Vuelve el “Día cero” de Viña. El evento suspendido el 2020, y que ahora tendrá un carácter más sobrio y ecológico, y donde se vislumbra el predominio de las nuevas generaciones. Un símbolo de esto es que María José Castro, aka Lady Ganga, actual rostro emergente de TVN, que durante años siguió este evento desde el living de su casa en transmisiones especiales para su podcast de las “Amikas” en donde criticaba sin contemplaciones los diversos outfits que pasaban por la Alfombra Roja, ahora desfilará por esa misma alfombra. El evento será conducido por Eduardo Fuentes y una Tonka Tomicic lidiando con el Caso Parived.
Se repiten los conductores: Vuelven los mismos del 2019 y 2020. Martín Cárcamo y María Luisa Godoy, de buen desempeño en sus participaciones anteriores, en especial la complicada edición post-Estallido Social. Ahora les va a tocar lidiar con el “Monstruo Urbano-Centennial”. Clave podría ser el desempeño de María Luisa, que los conoce de cerca por su rol de conductora del Docu-reality “Urbanos”.