Cuando hace unos días en Cannes se otorgó una Palma de Oro de Honor al actor Alain Delon para celebrar su trayectoria en el cine francés y mundial, inmediatamente se habló de que es el reconocimiento más polémico que el famoso festival cinematográfico ha brindado en los últimos años.
Nadie discutió el premio en términos profesionales. Sin embargo, apenas se anunció la distinción de Cannes surgió una petición pública para que no se la entregaran por “racista, homófobo y misógino”. El problema es que el artista galo acumula tantas grandes películas (“Rocco y sus hermanos”, “El Gatopardo”, “Talla de valientes”, entre otras), como polémicas, transformándolo en una suerte de monstruo sagrado.
Por ejemplo, el diario español El País dedicó un artículo al tema destacando que la representante del movimiento MeToo en Francia, Carole Raphaelle Davis, recordó declaraciones que Delon ha hecho a lo largo de los años. Sin ir más lejos, en noviembre pasado reconoció en la televisión francesa que ha golpeado a mujeres. “Si una bofetada es ser macho, entonces soy un macho”, dijo esa vez, y agregó que las mujeres también le habían pegado a él.
Además, su tercer hijo, Alain-Fabien Delon, de 25 años, contó en una entrevista con Vanity Fair que su padre abusaba de él con gritos, tirones de pelos y ventanas rotas, acusaciones que el actor de 84 años calificó de mentiras. Su única hija, Anouchka Delon, indicó asimismo en una ocasión que “el nombre despierta rechazo” y que a su progenitor le ha costado entenderlo”. “Los productores no quieren trabajar conmigo por mi nombre”, se lamentó la también actriz.
En Francia también suma rechazos por sus declaraciones contra homosexuales (considera “antinatural” que adopten hijos), el apoyo a la pena de muerte y su amistad con el fallecido político ultraderechista Jean-Marie Le Pen vuelve, cercanía que lo obligó a abandonar su cargo de presidente de honor de Miss Francia después de las críticas que recibió.
Ya varias décadas atrás Delon quedó marcado por el fallecimiento de su guardaespaldas Stevan Markovic, quien dejó una carta diciendo que si alguna vez aparecía muerto sería culpa “de Delon y su padrino François Marcantoni”, un conocido mafioso. Aquel incidente abrió una investigación que desveló escándalos sexuales en los que también estaban implicados el entonces primer ministro Georges Pompidou y su mujer.
No obstante, el delegado general del Festival de Cannes, Thierry Frémaux, justificó el premio afirmando: «No le vamos a dar el Premio Nobel de la Paz, sino que celebramos su carrera como actor».