Fue una de las últimas en sumarse a la producción vespertina de Mega con su personaje de Laura, una joven discapacitada que apareció en la vida de Santi (Augusto Schuster) cuando más lo necesitaba, convirtiéndose en un pilar fundamental de su recuperación.
Sin embargo, la misma Magdalena Müller confesó que éste ha sido el «rol más difícil de su vida». ¿Por qué? Según confesó a LUN, «antes de empezar a grabar tuve que aprender mucho a usar la silla de ruedas. Estuvo bien interesante ese trabajo, porque hay cosas que a uno le parecen muy básicas pero que desde allí no se hacen tan fáciles».
De hecho, a la hora de grabar, hubo varias escenas que la complicaron y que aseguró que «arruinó». Por ejemplo, «cuando tenían que ver si había resultado mi operación y veían mi sensibilidad. Me tenían que pinchar con un lápiz, cosa que yo sí sentía porque más encima soy cosquillosa. Me empezaban a dar ataques de risa y decía ‘no me toquen los pies’. Pero era imposible porque tenían que hacerlo para que la escena funcionara».
«Tuve que poner toda mi concentración y estar bien metida en la escena. Fue todo un desafío. Lo bueno es que mucha gente, incluso personas en sillas de ruedas, me han dicho que les gusta porque encuentran que lo estamos haciendo bien, que es realista», acotó.