El 2012 resumió en unas cuantas frases las razones que lo habían llevado a obtener éxito en televisión, al destacarse en el reality “Perla” y luego ser la cara visible de “Cubox”, el entonces segmento infantil de Canal 13, en el que estuvo por cinco años.
“Ahora mi trabajo es de 24 horas cuidando mi imagen. Aparte de elegirme porque tengo cara de niño, sirvió que no tuviera malas costumbres, de tomar y fumar algún tipo de sustancia. Soy muy sano, siempre estoy sobrio y consciente de lo que hago. Es muy difícil que me pillen en un tete de farándula”, explicó Cristóbal Romero a Emol en el 2012.
Han pasado 11 años de esas declaraciones, y si bien el joven que destacaba por su gusto por la computación, los videojuegos y el baile, e incluso llegó a participar en la versión vip de “Mi nombre es”, el paso del tiempo lo llevó a abocarse a la análisis financiero, trabajo por el que hoy su impoluta imagen es cuestionada.
Romero llegó al trading tras sucesos grises de su vida como haber sido infiel y perder por ello a su pareja, caer en la depresión, dejar la música, los videos y fotos y “toda mi antigua vida” o aquello que “le diera mala vibra”, tal como lo detalló en un post de su Instagram el 2021.
“De repente estaba ganando 7 cifras a la semana. No sé cómo pasó, en qué activos invertí… solo sé que el universo me dio una segunda oportunidad, la energía que irradio ahora la siento diferente…”, agregó en la red social respecto del arte de la especulación financiera y las asesorías a las que estaba dedicado, por la que incluso ejemplificó con la adquisición de un costoso auto.
Estafa con criptomonedas
Sin embargo, el lucrativo negocio se ve ahora envuelto en una polémica, cuando Felipe Iturrieta, uno de sus inversionistas, acusó al ex chico reality a través de las redes sociales, de haberlo estafado con 20 millones de pesos, que hace dos años le traspasó para generar utilidades en forma mensual, cifra que nunca se vio incrementada y que tampoco recibió de vuelta.
“Lastimadamente (sic) confié en Cristóbal Romero Acuña, el personaje de la serie ‘Perla’ que ahora se dedica al trading de criptomonedas. Me reuní con él el 2 de febrero de 2021 y me ofreció un proyecto donde manejaría mi dinero”, escribió, aludiendo además que nunca recibió un peso de su plata y que luego no le respondió las llamadas y menos ofreció un plan de pagos para devolver lo invertido.
Iturrieta incluso compartió conversaciones de WhatsApp con el joven, quien le indicaba que la inversión había salido mal. “Yo tengo principios, si no te he devuelto es porque no he podido”, fue una de las respuestas del inversor.
El denunciante fue contactado por el matinal “Contigo en la Mañana” de Chilevisión, oportunidad en la que explicó que le pareció atractivo el modelo de negocios que publicitaba en sus cuentas y que se confió al ser una persona pública. “El problema es que nunca tuve utilidades, nunca me hizo un depósito, nunca nada (…) ni una respuesta tampoco”, relató.
La versión de Romero
En tanto, Cristóbal Romero también accedió dar su versión en una entrevista a la misma televisora, ocasión en la que afirmó que posee una academia de trading, pero que no utiliza los dineros de terceros.
En la conversación, el joven aseguró que Iturrieta siempre supo los riesgos de la gestión. “El treding es una profesión bursátil de alto riesgo”, explicó, detallando que había una alta posibilidad que la inversión quedara en cero.
Señaló además que inicialmente no quería trabajar con Iturrieta, pero que la oferta de los 20 millones “era tentadora” y también confirmó que había sostenido reuniones posteriores con el inversionista, que le había preguntado incluso cuándo le podría realizar el depósito, pero ante el silencio de Iturrieta, utilizó parte del dinero.
Agregó que lo sucedido fue algo específico porque él no maneja el dinero de otros, lamentando de paso de que lo sucedido no hubiera quedado escrito, dado que Iturrieta le indicó que si el dinero iba a pérdida, no le importaba. “No le he robado”, aseguró Romero, no obstante Iturrieta confirmara que lo demandará por estafa y apropiación indebida.