Estamos viviendo momentos difíciles en el mundo, donde atravesamos una crisis sanitaria que nos tiene encerrados en nuestras casas y, probablemente, sea por un largo tiempo. Para evitar la ansiedad y el estrés de lo que sucede afuera de nuestros hogares, ha surgido la consciencia de una necesidad latente para mantener nuestro ánimo en alto y, por qué no decirlo, la cordura.
Hace unos días me topé con un tweet del guionista y escritor José Ignacio “Chascas” Valenzuela, que me hizo mucho sentido. Éste predicaba lo siguiente: “Descubrí que puedo vivir sin restaurantes, aviones, tiendas o autos. Y confirmé que no puedo vivir sin música, libros y películas. La diferencia entre volverse loco o mantener la cordura la otorga el arte. Por eso, la cultura es un derecho humano de primera necesidad”.
Lo que dice el creador de “Amor a Domicilio” y “La Familia De Al Lado” es una verdad inmensa. Y es que qué sería de nosotros en estas circunstancias sin la música que nos desvela, las series que nos mantienen fuera de la burbuja del COVID-19, los libros que nos permiten viajar sin tener que pararnos de nuestro sillón, las obras de teatro vía streaming que nos hacen volver a la cotidianidad de antes, las teleseries que nos hacen revivir nuestra historia y así un sinfín de expresiones culturales que nos ayudan a sobrellevar el momento con mayor facilidad.
Si bien todo lo anterior es cierto, me di cuenta de algo aún más triste y es que, en realidad, siempre ha sido un bien necesario, no sólo en tiempos de calamidades. La cultura, en toda su amplitud, nos ha acompañado siempre, pero como es tan fiel nos olvidamos de ella y actuamos de manera ingrata, olvidándola cuando más lo necesita y llegando a situaciones extremas como una pandemia para recordar cuánto es que la requerimos.
Para nadie es un misterio que vivimos en un país que es históricamente desagradecido con las artes, donde muchos hasta reclaman y protestan cuando se decide invertir en la cultura, mientras que la mayoría de quienes trabajamos en esto lo hacemos, como dice el dicho, “por amor al arte”, porque es así: éste es uno de los pocos oficios que se hacen por una pasión real y profunda.
Pero así como a todos esta pandemia nos está dando una nueva oportunidad, una de valorar lo que tenemos en frente y tomarle el peso a todo lo que conlleva. Es de esperar que luego de que todo pase -porque pasará-, seamos realmente conscientes de todo lo que nos da la cultura en toda su expresión y la valoremos, como dice Valenzuela tan sabiamente, como un bien y derecho de primera necesidad para todos. Siempre.