Una gala sobre salud mental femenina organizada por Women’s Brain Health Initiative en Los Ángeles, California, permitió a la bellísima actriz Sharon Stone, hoy de 61 años, abrirse con la revista Variety y contar las terribles circunstancias que debió experimentar a raíz de un ictus que sufrió en septiembre de 2001, del que en principio tenía apenas un 1% de posibilidades de sobrevivir.
“Tuve un derrame cerebral masivo y una hemorragia cerebral de nueve días. La gente me trató de una manera brutalmente cruel”, contó quien, hasta ese momento, era una de las mayores estrellas de Hollywood. Como consecuencia de la enfermedad, Stone debió rehipotecar su casa y perdió su espacio en la industria cinematográfica.
“Mi carrera básicamente había terminado, mi familia había terminado, me divorcié, mi hijo fue quitado (…). Todo lo que había sido antes, pensé: ‘Ya no soy nada de eso’. Era como si la señorita princesa Diana y yo fuimos tan famosas, ella murió y yo tuve un derrame cerebral. Y fuimos olvidadas”, declaró la protagonista de “Bajos Instintos”, haciendo una sorprendente comparación.
Tardó dos años en recuperar la sensibilidad de su pierna izquierda, la visión y el habla, y siete largos años en quedar totalmente rehabilitada. Pero entretanto tuvo que lidiar con graves secuelas: tartamudeo, problemas para caminar y pérdida de la capacidad de leer. Por si fuera poco, en el mismo período debió luchar por la custodia de su hijo adoptivo, Roan, que perdió en 2008 con su exmarido, el periodista Phil Bronstein.
No obstante, hubo quien la ayudó. “Le estoy muy agradecida a Bernard Arnault. Me rescató, dándome un contrato para modelar con Christian Dior”, contó en referencia al dueño del conglomerado del lujo LVMH (que agrupa marcas como Louis Vuitton, Celine, Givenchy o Sephora), y uno de los hombres más ricos del mundo.
La difícil experiencia convirtió a Sharon Stone en una vocera de la prevención de las enfermedades cerebrales que aparecen con la edad, y que afectan más a las mujeres que a los hombres. Por ello no duda en advertir: “Si tienes un dolor de cabeza muy fuerte, tienes que ir al hospital”.