La actriz junto a Gabriel Cañas, Geraldine Neary, Emilia Noguera y un gran elenco estrenarán este nuevo montaje de la productora Cultura Capital, a estrenar con el ciclo Teatro Nescafé Online, el que será vía streaming. En conversación con Fotech.cl abordó este nuevo desafío, además de los desafíos que asumió y que se vienen en la televisión.
Paola, este jueves vas a estrenar un montaje, que tiene la particularidad que son tres cortometrajes. ¿Me puedes explicar más de qué se trata?
Mira, uno no la puede clasificar mucho porque por todo lo que ha pasado este año es un poquito inclasificable. Es un texto de Claudia Hidalgo, que es dramaturga, que presentó como para hacerlo en teatro. Son tres obras cortas, con un mismo tema y debido a la pandemia tomamos la opción de llevar el teatro al cine, pero sin tener los conocimientos de lo audiovisual. Entonces fue más bien guata la intención de hacer este teatro grabado, porque no es exactamente teatro, porque no estamos en un espacio teatral, sino que armamos una escenografía que no queríamos que se viera como cualquier casa, que finalmente mostrara este ambiente teatral.
¿Qué verá el público?
Nos lanzamos con el instinto a mostrar estas obras, dirigiéndolas teatralmente, pero el público tendrá la visión desde la cámara. Hay un intento audiovisual de jugar con la imagen, algo a lo que no estamos acostumbrados, porque nosotros cuando hacemos teatro es el aquí y ahora; cuando hacemos cine se filma y luego se edita, ahí hay como una segunda mirada. Así es que tratamos, junto con Dayana Amigo (ambas directoras del primer cortometraje) de ensayar y grabar ensayos y de ahí luego editar, tratar de rescatar lo teatral, el cansancio, la repetición de los ensayos para que eso se viera plasmado en estas historias de amor, que habla de eso, del amor cansado que nos ha mostrado esta pandemia, como que nadie está acostumbrado a amarse 24/7. Entonces, muestra cosas que uno puede pasar por alto en la vida cotidiana, pero que cuando grabamos esto era invierno, entonces el frío, la sensación de oscuridad, el ahogo… Eso se hacía muy evidente y eso quisimos traspasar.
En este montaje se ven tres historias, la primera la diriges tú con Dayana Amigo y es representada por Emilia Noguera y Gabriel Cañas ¿De qué se trata tu cortometraje?
Sí, aunque voy por partida doble en este montaje, porque primero está la primera parte que dirigí con Dayana y, además, protagonicé con Felipe Castro la tercera historia que fue dirigida por la Carola Varleta y la Bárbara Ruíz-Tagle. Ahora, con respecto a la dirección, trabajamos harto el texto y buscamos el leitmotive, que es el ahogo, la falta de aire, este envenenamiento del aire que se estaba produciendo dentro de las casas. En el fondo pienso que Claudia quiso hacer una metáfora del amor, en tres historias que podrían ser la misma pareja, que es desde cuándo se conocieron, luego tienen un hijo y finalmente la historia de la pareja madura que es cómo resuelven el tema de si se siguen amando o no. Fue bien interesante trabajar eso con los actores, Gabriel y Emilia estaban muy permeables, porque la situación así también lo ameritaba y se entregaron a jugar. Al final el amor, por muy grande que sea se ahoga, se asfixia.
Te escucho y siento que lo que cuentas es tan cercano…
Es que sí, eso me parece súper interesante porque a pesar de que las historias son de parejas precisas, podría ser las historias de muchas parejas de este país. Hemos estados muy homogenizados en esta situación, unos la viven mejor o peor, pero esa angustia del futuro es super dolorosa. Así que quisimos ponerlo en escena, está muy bonito a nivel de las imágenes. Además se transmiten las sensaciones que había en el ambiente, esa del ahogo, nosotros grabamos con mascarillas y sentíamos el peso de la respiración, ese calor que se produce, esa sensación de querer sacarte la mascarilla y poder hablar claramente. Eso está todo plasmado y le da una contundencia al trabajo muy bonita.
Paola, ¿cómo has vivido este tiempo de cuarentena? Te ha tocado trabajar harto el tema, ya sea con “Historias de Cuarentena” y ahora con este montaje. Además, sigues con la nueva vespertina de Mega, que también toca este tema del encierro...
Sabes, a mí “Historias de Cuarentena” me salvó la vida, porque esa sensación no era tan entrada al año, pero había mayor sensación ahogo sino más bien de qué vamos a hacer, de qué se viene en este año que lo teníamos súper proyectado y que de pronto se suspende hasta nuevo aviso, el que aún no llega. Entonces, la sensación que se haya suspendido un proyecto, que estábamos ad portas fue como violento porque decía “qué hago”, “qué hago con mis hijos y mi marido 24/7”. Por ello “Historias de Cuarentena” fue un poco de aire, fue bien precario porque piensa que fuimos los primeros en hacer ficción a través de Zoom, había que gestionarse completamente, pero fue la sensación de tener trabajo, de estar en el oficio. Venir con todo cerrado desde octubre, desde el estallido social, desde la precariedad, porque el área de las artes ha estado super dañada desde esa fecha. Nosotros en el teatro no habíamos podido abrir, entonces estábamos a punto y viene esta cuarentena. Siento que la serie me ayudó muchísimo porque me hizo olvidar un poco la situación, a pesar de que estábamos hablando de la contingencia y de la realidad, yo fui muy feliz con ese proyecto. Fue una joyita que el público necesitaba ver, era importante vernos a nosotros, chilenos, en una ficción nacional, con un texto propio (fue escrita por Rodrigo Cuevas), y poder reconocernos y entendernos ya que ayudó a que nos diéramos cuenta que esta era una realidad que estábamos viviendo todos.
¿Cómo ha sido tu retorno a la calle?
Ahora he comenzado a salir y me doy cuenta que todos salen con mascarillas, respetan distancias, se están todo cuidando. Es bonito ver que la gente, a pesar de estar tan dañada, está cuidando del otro. Personalmente, yo he tratado de vivir todo este tiempo así, de cuidar del otro. Es por ello que intento acatar las normas… Ahora, también es por miedo, no sé si de enfermarme yo, sino que a mis padres que tengo que visitar muy seguido, no los puedo enfermar yo. Luego, se vino octubre, y se me vino el cansancio del 24/7, del estar todo el tiempo con mi gente, entonces a uno le dan ganas de salir a correr, de salir y encontrarse con las otras personas, con la tribu que uno tiene, esa que te apoya, que hablas leseras, que estás en lo tuyo. Nosotros no podemos ensayar todavía, no podemos hacer teatro, no te puedes juntar, está muy difícil así que estoy como recién viviendo ese luto, como dándome cuenta ahora de eso, que me hace mucha falta.
Paola, ¿qué opinas de la gestión de la ministra de Cultura? Especialmente después de sus dichos en cuanto al futuro presupuesto en esta área...
Mira, yo siento que fue lamentable que la ministra de Cultura hiciera esas declaraciones. Así como decimos nosotros, no tenemos ministra. No puedes desconocer que en pandemia la cultura ha sido un soporte enorme para todo nuestro país que se han conectado a través de internet o de la televisión abierta y han tenido posibilidad de ver y gozar otras cosas, de música, obras de teatro, se están repitiendo varias teleseries que también han sumado público. Hay muchos niños que se me acercan para decirme que están viendo “Aquelarre” de nuevo. Pero sabemos que la cultura es, después de la comida, han sido los sostenes de esta cuarentena para mucha gente.
Este año has tenido diversos cambios producto del Covid-19. Tuvieron que cambiar el proyecto en Mega, ahora las grabaciones son con un montón de protocolos sanitarios. Es como que en marzo te acostaste en un mundo y despertaste en octubre en otro totalmente distinto...
Sí, me cambiaron los muebles y nadie me avisó. Es muy raro… Te vas encontrando con personas que no veías hace mucho tiempo y tienes ganas de tirarte a los brazos, pero no puedes, tienes que andar saludando con el codo. Bueno, es lo que nos toca ahora y hay que acatar no más. Además, hay que seguir impulsando estas instancias, estas nuevas plataformas que están dando cultura y seguir inventando cosas.
Volviendo a «Las pequeñas historias de amor», ¿qué es lo más novedoso a tu parecer?
Este montaje es novedoso porque no es el formato Zoom que uno está acostumbrado, al cuadradito, sino que es una mirada audiovisual y teatral del amor, en tres épocas distintas.
¿Cómo fue trabajar con tu marido, Felipe Castro?
Nos tocó trabajar con Felipe, con quien llevamos 30 años de casados, la última historia, como pareja. Esta es la última, como del desamor. Finalmente se grabó en mi casa, en mi dormitorio, como cambiando las cortinas. Fue todo muy acelerado, todos con mascarillas, hacía frío y no se podían abrir las ventanas porque entraba el ruido. Además, con el toque de queda, era como «hacemos estos cuatro planos y listo». Esta es una historia más triste y fue exquisito trabajar con Felipe, para mí fue muy fácil.