La noche de este miércoles, en “De tú a tú”, Martín Cárcamo llegó a Zapallar, lugar donde vive el conductor de televisión, Pablo Mackenna, en la casa que se hizo hace 10 años atrás, un proyecto que comenzó cuando aún estaba casado con la actriz Javiera Díaz de Valdés.
Tras mostrar su casa, Pablo le reveló a Martín un dato sobre su estado de salud, contándole que hace unas semanas le diagnosticaron cáncer. “Me pasó algo que no tiene que ver mucho con la pandemia, me descubrieron un cáncer. Me descubrí, de suerte y a tiempo, pero igual es una palabra que en mi caso y en mi familia es bien brava: mi papá se murió de cáncer, mi abuelo se murió de cáncer”.
Mackenna comentó que hace un mes, luego de orinar con sangre, fue hacerse unos exámenes para descubrir que padece de cáncer a la vejiga. Acotando que este tipo de cáncer fue causado por el cigarro y que el doctor se demoró dos minutos en darle el diagnóstico.
En cuanto a cómo tomó el diagnóstico, Pablo señaló que “es un fantasma que te viene persiguiendo hasta que se personifica y quedas para adentro. Me fui a mi casa y decidí no contarle a nadie (…) Finalmente tuve mucha suerte y era muy superficial pero esa noche hice dos cosas. Me metí a internet –que recomiendan no hacer- y traté de separar la paja del trigo, soy matemático y me metí en porcentajes sobre vida. Y me puse a buscar pasajes para África para llevar a la Rosa, al tiro, porque le había prometido que la iba a llevar a conocer las jirafas y los elefantes. Esos fueron mis primeros dos pensamientos”.
El escritor relató que tras un examen TAC lo operaron a la semana. “La operación es muy desagradable, absolutamente insoportable. Yo estoy dispuesto a que me toqueteen muchas cosas pero no por dentro… no estaba preparado para eso. Y el post operatorio, después de que te toquetearon, es desagradable, o sea, por qué no te tajean, por qué no entran por otro lado. Bueno, se supone que es el mejor camino. Se supone que es un camino, yo nunca hubiera dicho que es un camino”.
En la operación descubrieron que el tumor cancerígeno era superficial, que solamente estaba en la mucosa y, por tanto, tiene que controlarse cada seis meses. Además, debió dejar de fumar, hábito que está intentando cambiar.
A la primera persona a la que le contó sobre el diagnóstico fue a su hermana, quien notó que algo le pasaba, y fue ella quien le entregó la información a su familia. “Siempre la muerte era una cosa que estaba allá, ahora está acá. Cambia la perspectiva, o sea yo tengo esta casa en la playa que me encanta y tengo muchas razones para estar acá, pero si me pudieran tirar en algún lado me gustaría que me tiraran en la cordillera”, señaló.