Detalles más, detalles menos, el reciente Festival del Huaso de Olmué fue exitoso en todo sentido para TVN: logró ratings competitivos, ganó un nuevo rostro para la entretención y mostró un buen nivel artístico.
Conductor Habemus: Gonzalo Ramírez aprobó con distinción en el desafío de conducir un evento masivo. Desde un comienzo mostró desplante y oficio, a tal nivel que no parecía debutante en estas lides. El pie de cueca y el beso apasionado que le dio a Karen fueron una señal de que venía a imponerse. Estuvo en igualdad de condiciones con Karen Doggenweiller, quien una vez más demostró su capacidad como conductora. En buena hora, TVN tiene un nuevo rostro potente.
Grandes oberturas: Las oberturas de las 4 jornadas fueron notables, y le dieron categoría al evento. En el primer día, un tributo a la fallecida Margot Loyola, con cuecas de todos los colores y sabores; en el segundo día, un tributo a Los Huasos de Algarrobal; en el tercero, un ballet folclórico estudiantil mostrando un atractivo número pascuense; y en el cuarto, el tributo al gran Vicente Bianchi, con el mismísimo Bianchi tocando el piano a los 96 años. Gonzalo Ramírez recalcó las veces en que lo han dejado pagando con el Premio Nacional de Artes. Solamente el sectarismo de ciertos representantes del mundo de la música docta explica que se le haya negado el premio a alguien de esa categoría.
Humor pícaro, pero efectivo: Los 4 números humorísticos, en general, hicieron lo que se esperaba de ellos, y lograron subir el rating. Quizás lo más destacable fue lo de Fusión Humor, quienes se esmeraron, le pusieron “Wendy” y presentaron una rutina algo más sofisticada, llena de referencias al folclore nacional. Muchos en redes sociales se quejaron de lo cargadas al doble sentido de las rutinas de Los Atletas de la Risa, Don Carter y Sergio Freire. Sin embargo, todos lo que hemos seguido la TV con cierta frecuencia conocemos el tipo de rutinas que hacen. Todos los que lo vimos en los míticos “Viernes Sin Censura” sabemos que Don Carter es sumamente descuadrado y especialista en chistes y tallas de doble sentido. Por eso se hizo conocido como comediante, y por eso lo trajeron. Contratar a Don Carter y reclamar por su rutina puntuda es como contratar a Palmenia Pizarro y reclamar porque cantó boleros y valses peruanos. Lo que sí, estuvieron a años luz de siquiera emular el fenómeno de Edo Caroe el año pasado. No veo a ninguno de los cuatro números marcándoles la pauta a los humoristas de Viña, como sucedió el año pasado.
Condoro de programación al cierre: El último día se chispotearon con la programación. Pusieron cuatro números, todos de muy buen nivel: Inti Illimani Histórico, Fusión Humor, Américo y Francisca Valenzuela. Por alguna razón que se desconoce, querían que Francisca saliera después de Américo, dejando la final de la competencia al cierre de la jornada. Un descriterio del porte de una catedral, que causó las legítimas protestas y amenazas de no actuar de los grupos participantes. Al final, Francisca Valenzuela aceptó ir después de la competencia y todo se solucionó. La lección de esto es que las jornadas de Olmué no resisten más de tres números en el show. En los tres primeros días, el esquema fue: obertura-show musical inicial-show humorístico-competencia-show musical de cierre, y todo funcionó OK. Cualquier cosa que se agregue a eso causa desbarajustes como el ya señalado. Es una falta de respeto que una artista de la categoría de Francisca Valenzuela tenga que salir a actuar a las 3 AM, y habría sido lo mismo si le hubiera tocado a Américo o al que fuera.
Espectáculos musicales de gran nivel: Todos los músicos respondieron en gran forma. Amaia Montero dio la impresión de no necesitar al resto de la “La Oreja de Van Gogh”. Con escuchar su dulce y susurrante voz cantando los clásicos de su ex banda como “Rosas” nos basta. Manuel García presentó un gran show donde se le vio cómodo tanto en su faceta de rockero como en la de cantautor. Inti Illimani Histórico le sacó brillo a su trayectoria y calidad, y Francisca Valenzuela dio una gran clase magistral de profesionalismo y generosidad artística al aceptar postergar su show para calmar a los furiosos participantes de la competencia, y luego salir a cantar con la calidad de siempre.
El caso de Américo: La actuación del ariqueño vino precedida por la polémica de su fallido show en Parral. Hay que decir que lo que vimos en Olmué fue una presentación profesional y un cantante en buenas condiciones, que mezcló sus éxitos con arreglos musicales interesantes e incluyó la elogiada versión que hizo en «Puro Chile» del clásico de Jorge González «Esta es Para Hacerte Feliz». Sin embargo, durante su show se produjo una interesante polémica en las redes sociales, en las cuales se criticaba su supuesta tendencia a imitar a Marc Anthony y por dejar de lado la cumbia. Me da la impresión que Américo está tratando de evolucionar en función de proyectarse internacionalmente. De insistir con la cumbia, sería grito y plata en Chile con toda tranquilidad, pero internacionalmente no pasaría más allá de la Cordillera de Los Andes. Por eso le da toques de salsa, balada y hasta sinfónicos a sus ya clásicos temas, por eso sus conciertos evocan mucho a Marc Anthony, Luis Miguel y Bruno Mars. Américo se inició con el grupo “Alegría”, en la época de la llamada «Movida Tropical», junto con «American Sound» y «Adrián y los Dados Negros» en Chile, y “Ráfaga”, “Comanche” y Antonio Ríos en Argentina. Luego de independizarse de la banda de Punitaqui, ha tenido el tino de escoger un excelente repertorio de cumbias peruanas como “Te vas”, “El Embrujo”, “Traicionera” y “Que levante la mano” a las cuales les ha agregado dosis importantes de sofisticación musical, y una puesta de escena digna de artistas de clase mundial, como se evidenció en sus dos shows en el Festival de Viña. Américo fue el que le puso de traje de gala a la cumbia, y claramente ha trascendido por mucho al género de sus inicios (¿alguien se imagina a Adrián o a los de American Sound nominados al Altazor o al Grammy, o cantando con Los Nocheros, Verónica Villarroel o Francisca Valenzuela?). Tiene potencial y ambiciones para llegar lejos, y lo está intentando. ¿No será que Chile le está quedando chico a Américo? ¿No será que a lo mejor necesita irse a un medio que le permita crecer artísticamente?