Esta tarde llega a su fin la teleserie vespertina de Mega que se llevó a cabo en medio de dos importantes procesos en el país: el estallido social y la emergencia sanitaria por el coronavirus, lo que incluso provocó que interfiriera en sus grabaciones.
Sobre esto conversó Patricia López con el podcast, “Impacto en el Rostro”, señalando que «todo el elenco y el equipo técnico de producción lleva esta teleserie en el corazón, porque, además de atravesar la pandemia, también vivimos el despertar social».
«Lloramos porque nos sentimos vulnerables, con miedo, fuimos solidarios con los compañeros que vivían más lejos, con los que tenían miedo por salir tarde del canal, por exponerse. Atreverse también a parar las grabaciones para participar de algunas huelgas como ciudadanos y a enfrentarse a producción, o sea, cada uno vivió sus propios confrontamientos», manifestó la actriz.
Aún así, aseguró que «todo fluyó súper bien. Desde dirección, pasando por todo el equipo técnico, supo escuchar las necesidades de sus trabajadores. Supo dialogar, supo fluir. Si hubo un poco de roce, se disolvió, se adecuaron los horarios, se nos escuchó. No se nos obligó a nada, fue súper lindo».
«No queríamos perder nuestros trabajos, pero también queríamos protestar por nuestros derechos, y que se acabe este sistema cruel. Pasado esto, viene el Covid-19 y nosotros ya estábamos terminando, y justo nos tocaron escenas en hospitales, en clínicas», relató.
Una vez que se decretó la emergencia sanitaria, Patricia López reveló que «conversamos con producción y expusimos nuestro miedo a exponernos. El canal lo entendió y se llegó a un final. Faltaron muy pocas jornadas de grabación. Quizás no es el final con el elenco bailando, como lo quería el director, pero se hizo algo con amor, con respeto a los televidentes».
Sobre su personaje, concluyó que «a mí me encantó volver a hacer comedia, no hacía teleseries hace dos o tres años. Me hace bien hacer comedia. Para la intensidad, está la vida».