El ex panelista del «Mucho Gusto» fue el invitado del programa «CHV En Casa» donde abordó el trabajo que realizan sus colegas en televisión, lanzando una dura crítica a cómo transmiten la información a la ciudadanía.
«Yo soy súper crítico y en eso la gente podrá estar de acuerdo o no conmigo, pero tú me conoces hace muchos años y sabes que tengo un carácter súper difícil. Soy un tipo muy duro y franco para decir las cosas», comenzó señalándole José Antonio Neme a Nicolás Copano, para luego expresar que «siento que el nivel de los comunicadores en Chile, de información y de entretención, es muy malo».
Para argumentar su postura, sostuvo que «me parece que tienen miradas muy simples y que, además, son incapaces de decir en fácil lo difícil porque ni siquiera ellos lo pueden entender, ¿te fijas? Entonces tenemos una serie de subgrupos de personajes, donde o trivializan lo que no es trivial y lo hacen banal y ridículo. O complejizan demasiado algo que la gente no logra entender y finalmente termina siendo un periodismo para periodistas».
En ese sentido, y pese a que existe el denominado «periodismo ciudadano», lo que no se logra hacer es «decodificar la complejidad de los fenómenos sociales». De esta manera, explicó que «yo, periodista, comunicador, en fin, decodifico el fenómeno social, entiendo de dónde viene el feminismo, sé que raíces tiene, sé qué expresiones tiene en otras partes del mundo, sé qué referentes históricos tiene, sé quiénes son sus figuras emblemáticas, no hoy sino que hace 30 o 40 años».
«Luego, con toda esa batería, logro yo leer, por ejemplo, el canto que se popularizó en Chile y se lo logro transferir a la gente: Este fenómeno social de tantas miles de mujeres cantando contra el abuso, en la puerta del Estadio Nacional, responde señor y señora a un movimiento que se comporta de esta manera y que luego va a tener incidencia en esta otra. Ese ejercicio no lo hace nadie», agregó.
Neme continuó señalando que «entonces, o tenemos una mirada muy académica de estos programas de día domingo donde hay dos periodistas y cuatro políticos que discuten entre ellos como si estuvieran en una suerte de comedor de Cachagua. O tenemos esta trivialización de la realidad (…) con personajes variopintos hablando desde unos lugares absolutamente ridículos».
«Me parece que nos ha costado encontrar el tono», cerró.