Un impactante relato dejó sin palabras tanto a los invitados del capítulo de este sábado en «La Divina Comida», como también al público en casa. La joven cantante urbana contó detalles inéditos de su infancia, ahondando en su pasado de abuso, violencia y experiencias traumáticas.
Fue en el más reciente capítulo de «La Divina Comida» por Chilevisión, donde además estuvieron de invitados Alejandra Matus, Luis Mateucci y Claudio Olate, que Flor de Rap se refirió a los momentos más duros que le tocó vivir en el pasado, impactando con la crudeza de su relato.
«Yo nací en Santiago, mi mamá arrancó de mi papá legítimo, él la golpeaba, era muy atrevido, y en Arica se puso a trabajar y en ese trayecto apareció mi papito, mi papito Iván, mi gran amor. Empezaron a tener onda, que sé yo, y como yo era chiquitita, yo a los dos años lo reconocía como mi padre», empezó contando.
La artista confesó que pese a la felicidad de los primeros años, al poco tiempo empezaron las peleas entre sus padres, y que su papá en particular empezó a presentar problemas de salud mental, incluso llegando a amenazar a su esposa con incendiar la casa con explosivos. Sin embargo, el conflicto más grave lo vivieron cuando una noche, su padre llamó a la casa inesperadamente.
«Mi papá dijo ‘miren para afuera’. Me asomó por la ventana a mirar y la explosión… ¡boom!», reveló la joven, para sorpresa de los demás comensales. «Dando vueltas en la calle, prendido en fuego. Los vecinos empezaron a llegar y tirarle tierra. Lograron apagarlo y nosotros pegados en la ventana, mirándolo, y yo me acuerdo de mi papá peladito…», se detuvo producto de la emoción.
Conmocionada hasta las lágrimas, la rapera continuó su dolorosa historia. «Ay, qué heavy… no quería llorar», se lamentó, agregando que incluso su padre se despidió de ella en el sueño, una vez que se quedó dormida mientras iban en la ambulancia. «Y ahí llega mi mamá y nos dice ‘hijos, lo siento, el papá se murió, y fue terrible».
Otro relato de Flor de Rap que sorprendió a los invitados y a los televidentes, tuvo que ver con una experiencia de abuso que sufrió por un familiar. «Había llegado el hermano de mi mamá, Sebastián, a vivir a la casa también, después resulta que este señor empezó a propasarse conmigo», recordó.
«Entonces empezó a pasarse películas, tenía 9, 10, 11 años, y yo como niña igual. Te juro que hasta siento que me enamoré», reconoció, explicando que «era chica y sentía que lo necesitaba, y yo misma iba a meterme a su pieza, no le contaba nada a mi mamá, no quería que mi mamá me retará, me pegará o qué sé yo».
Antes de finalizar, la joven desclasificó que a los 14 años tuvo que dejar su casa por las constantes peleas con su mamá, cayendo en la delincuencia o incluso en la venta de drogas para poder sobrevivir, antes de caer en el Sename debido a que aún era menor de edad.