Myriam Hernández ha cumplido sus sueños de infancia. Y con creces. A los cuatro años quería cantar y convertirse en una artista que recorría países con su arte y no cabe duda de que lo ha logrado. Récords de venta, giras por el país, Latinoamérica y algunos países de Europa, alabada en el extranjero y receptora de importantes premios, como el “Grammy a la Excelencia Musical”, que en noviembre de 2022 recibió de manos de la Academia Latina de Grabación.
“No lo esperaba, ya había hecho mi carrera. Además, era difícil pensarlo, porque hoy en día lo que acapara los primeros lugares es la música urbana”, reconoció la artista nacional en entrevista con The Clinic, aludiendo al momento en que hasta su marido y mánager, Jorge Saint-Jean, sus dos hijos, además de sus padres, viajaron a Las Vegas para presenciar el hito.
Uno más que se suma a su larga trayectoria musical, donde, por sobre todas, “El hombre que yo amo” ha sido la canción que más crédito le ha traído, con más de 83 millones de reproducciones en Spotify. Un tema que hoy, a la luz de los nuevos tiempos que promueven la equidad de género y los derechos del las mujeres, suena un poco retrógrado en las referencias que hace en su letra.
“Es una oda a un hombre perfecto que no existe”, la define Hernández durante la conversación con el medio digital. Comenta que tenía 21 años cuando llegó a sus manos y para ella fue, en ese momento, una oda al amor, pero al que hoy, la artista le cambiaría una parte de lo que expresa porque es algo que no la representa.
“Cuando la escuché por primera vez, me pareció que era muy simple, me encantó. A mí, las canciones me llegan primero por la música y es la única explicación que tengo para que me gusten algunas en inglés o algo de Chopin. No reparé nunca en su letra, hasta hace unos diez años en un escenario. En la parte que dice ‘vuela siempre lejos, pero vuelve al nido’, pensé: ‘no, no, no, yo no soy así’. Es duro decirlo, pero ‘El hombre que yo amo’ no me representa absolutamente”, confiesa la intérprete, agregando que no faltará quien la critique por ello. “Dirán, ‘ay, ahora lo dice y es una canción a la que le debe todo’”.
Solo las pechugas
De todas formas, para Myriam Hernández, sus canciones también han sido una forma de hacer sus propios duelos personales, como “Se me fue”, que le dedicó a una de sus abuelas fallecida, o “Herida”, cuyo trasfondo hace alusión a los inicios de su relación con Saint-Jean, con quien pronto celebrará 30 años de pareja. Cuenta que los comienzos del romance fue a escondidas porque él no se había separado.
“Decía que iba a hacerlo, pero nunca llegaba el papel para que yo pudiera presentárselo a mis papás”, recordó la nombrada “baladista de América”, en sus ganas de comenzar algo oficial, con el permiso de sus progenitores, para darle cerezas. Pero como la situación se dilataba, la cantante terminó la relación y en ese contexto descubrió lo enamorada que estaba de su hoy marido, y el dolor de aquello fue el relato de aquella canción.
Estupenda imitadora y con buen humor, Myriam Hernández tampoco le hace el quite al paso de los años, pero reconoce que igualmente se cuida porque siempre le ha gustado verse bien.
“Hoy es feo hablar del cuerpo y yo ya tengo ciertos años, ¿no? Uno pasa por períodos en los que sube de peso, pero la gente que te vio con mini y flaquita no te perdona. Da rabia, porque uno no puede decir que tiene un problema o si está pasando por un momento difícil”, reclama, pero al mismo tiempo explica que, estar vigente obliga a verse bien, pero aún sin bisturí. “Estoy en contra de las operaciones. A mí nadie me cree que no me he operado nada, excepto las pechugas. Todo lo demás puede ser natural y es hasta ahí y hasta donde yo pueda”.