Hubo nueva redención para Daniel Fuenzalida, quien, luego de pasar años de oscuridad en el pozo más profundo de su vida y salir a flote gracias a la rehabilitación y voluntad personal, también supo ganarse su pasaporte al cielo en la última emisión de “El Purgatorio”.
En la oportunidad, el animador del extinto programa “Me Late”, conversando a corazón abierto con Ignacio Gutiérrez, conductor del programa de Canal 13, dio detalles del tiempo en que las drogas eran más importantes que tomar agua.
“Fui un gallo muy soberbio. Un gallo en consumo medio pasado para la punta. Afortunadamente, no alcancé a robar, pero sí a mentir mucho, a manipular a mucha gente y también el cariño”, contó quien, en sus años más complejos, protagonizó escándalos públicos e incluso un choque automovilístico llevando de copiloto a Marcelo Ríos.
Dormir en paz
Fue su entonces pequeña hija quien lo hizo tirar un cable a tierra y darse cuenta de que, si no buscaba ayuda, nunca saldría del círculo vicioso de los estupefacientes. “Ocurrió cuando no llegué a una visita de mi hija, ella era muy chiquitita; cuando empiezas a ver que los valores que te dieron tus papás no son los por donde vas caminando”, aseguró el comunicador.
Relató que sus padres sufrieron mucho. «Cuando me rehabilité vieron que era verdad. Cuando me dieron de alta, los dos me dijeron: ‘gracias, ahora vamos a poder dormir tranquilos’. Mi papá me dijo que pasaron 15 años sin dormir porque no llegaba a la casa, me desaparecía de todos lados e incluso por 48 horas y nadie sabía dónde me había metido”, contó Fuenzalida sobre el dolor y preocupación de sus progenitores en ese tiempo de euforia y vida errática.
Hoy, mira con perspectiva ese duro pasado, dándose cuenta de que su sanación iba por buen camino cuando partió a su madre. “Me vio 10 u 11 años estable, trabajando feliz, con mi novia, mi hija, siendo responsable. Eso me dio una tranquilidad inmensa”.
Finalizada su rehabilitación y como un modo de ayudar a quienes viven el flagelo de la droga, fundó “Contradicción”, un centro especializado en adicciones a las drogas y el alcohol, sobre el que, mediante un tratamiento enfocado desde lo cognitivo, intentan que la persona entienda su enfermedad. “Es una que es para toda la vida”, ha explicado el animador.