El mundo del cine acaba de perder a unos de sus directores más icónicos y legendarios: Roger Corman.
Su fallecimiento ocurrió el 9 de mayo pasado mientras se encontraba rodeado de sus seres queridos en su casa de Santa Mónica, California, informó la familia en un comunicado. Tenía 98 años.
“Sus películas fueron revolucionarias e iconoclastas y capturaron el espíritu de una época. Cuando se le preguntó cómo le gustaría que lo recordaran, dijo: ‘Yo era cineasta, sólo eso’’, indicaron sus familiares.
Corman no era un realizador más: fue considerado rey del cine B. En su carrera dirigió y produjo cientos de películas de bajo presupuesto en los géneros terror, acción y ciencia ficción básicamente. En ese sentido, trabajó con figuras clásicas del horror, como Peter Cushing, Vincent Price y Christopher Lee.
Descubridor de talentos
Pero también fue el descubridor de futuras estrellas de la industria. A través de su compañía productora, New World Pictures, reconoció el potencial de los entonces jóvenes realizadores Francis Ford Coppola y Martin Scorsese, quienes dirigieron para él las películas “Dementia 13” (1963) y “Boxcar Bertha” (1972), respectivamente.
Además, dio la oportunidad de figurar en sus películas a actores hoy consagrados como Jack Nicholson, quien debutó en el cine en “The Cry Baby Killer”, de 1958, y también actuó en “La tiendita del horror”, la original de 1960. Robert De Niro igualmente tuvo una de sus primeras apariciones en la gran pantalla en “Boxcar Bertha”.
Poco valorado a veces por quienes menosprecian el cine de bajo presupuesto y a los géneros que acostumbraba abordar, se jactaba sin embargo de que su productora era tan activa como cualquier estudio importante y, recalcaba, sus películas eran siempre rentables.
Roger Corman fue, en definitiva, un padrino generoso de incontables talentos, una figura de culto entre los aficionados al séptimo arte pese a no contar con los medios de las grandes productoras y uno de los directores más influyentes.