La madrugada de este domingo murió Manola Robles. La Mano, como el decían sus cercanos. Hace año y medio que estaba afectada de un cáncer al pulmón, enfermedad que quiso mantener solo resguardada en el seno familiar porque consideraba que aquello no podía ser excusa para no cumplir con sus labores profesionales, siempre fiel a su naturaleza trabajólica.
Su nombre y trayectoria son un ejemplo para el periodismo y especialmente para los periodistas que estuvieron en la calle en los años de la dictadura militar, y sin duda, será recordada como una de las voces emblemáticas que pasaron por el área de noticias de radio Cooperativa.
Hija de un refugiado andaluz que llegó al país en el Winnipeg y una madre chilena, fue una mujer que se definía “simplemente periodista-reportera-entrevistadora”.
Egresada de la Universidad de Chile, ejerció por 50 años esa profesión que amaba, pero que fue “su otro amor”, porque el primero fue el teatro, carrera que quiso estudiar, pero no la dejaron. Aun así, supo entregarle todo el corazón a una tarea informativa de la que decía que “la verdad no se transa”, al tiempo huir de lo que llamó el “periodismo de rebaño”.
Fue parte de los equipos de noticias de radio Agricultura, Chilena y W Radio, y también ejerció en las revistas Plan, Política Latinoamericana Nueva y 7 días, y las agencias EFE y Diario Ya, de Madrid.
A radio Cooperativa llegó en 1979, cuando se iniciaban las protestas contra Augusto Pinochet, pero además de cubrir educación y transporte, el expertiz de la profesional estaba en la economía. En una entrevista que le realizaron el año 2000, recordaba esa dicotomía respecto de su figura: “En la Cooperativa siempre reporteé economía, pero el recuerdo que tiene la gente es de Manola-protestas. Había protestas, pero no todos los días. Lo que yo hacía todos los días eran notas económicas”.
Tras el retorno a la democracia, la profesional acompañó al Presidente Patricio Aylwin en sus giras por Europa, Asia y América y posteriormente fue agregada de prensa en las embajadas de Chile en Argentina y España. De regreso al país, en 2011 volvió a radio Cooperativa, integrándose al equipo de Medios Digitales y como editora de opinión, tarea que realizó hasta el último tiempo.
Su labor fue reconocida con diversos galardones como el III Premio Latinoamericano de Periodismo (1988), Premio de Periodismo Embotelladora Andina (1998), Personaje Radial Archi (1999) y Premio Universidad La República (2004), entre otros, que destacaron su trabajo y defensa de los derechos humanos durante el gobierno militar.