Una joya en lo musical, y un acierto como apuesta artística y audiovisual. Su anunciado concierto acústico sobrepasó todas las expectativas y cerró un año brillante y acontecido para la banda de Concepción.
Reservado para “los de verdad”.
El formato de los MTV Unplugged comenzó a finales de los 80, y buscaba desafiar los músicos a dejar de lado las guitarras eléctricas y los artilugios tecnológicos y a proponer nuevos arreglos para sus canciones. Sus inicios coincidieron con el auge de productos plásticos de marketing musical como Modern Talking y Milli Vanilli, y se convirtió en una instancia reservada para “músicos de verdad”. Como dijo Elton John al iniciar el suyo, es “el programa al que los artistas que doblan no se atreven a venir”.
Aunque perdió la preponderancia de su mejor época, el espíritu de los MTV Unplugged tiene una excelente continuación en los NPR (National Public Radio) Tiny Desk. En la era de los sampleos, el autotune y las IAs, resulta relevante que se mantengan estas instancias en donde los músicos pueden demostrar sus habilidades y que son capaces de sostener una tocata en vivo con pocos instrumentos y sin disponer de recursos técnicos efectistas.
Los Bunkers son la tercera banda chilena con su MTV Unplugged, después del mítico recital de sus coterráneos penquistas Los Tres de 1996 y de la exitosa versión de La Ley en 2001. Eso sí, los dos anteriores se grabaron en Miami. El de Los Bunkers es el primero que se hizo en Chile, en las instalaciones de Chilevisión.
Un año acontecido, pero exitoso.
A Los Bunkers les pasó de todo este 2024. A inicios de año, su histórico baterista Mauricio Basualto se vio afectado por serios problemas de salud que obligaron a suspender conciertos y que, posteriormente, lo obligaron a dejar la banda. Para salir del paso, tuvieron que recurrir de emergencia a la cantautora y baterista Natalia Pérez, mejor conocida como Cancamusa, con amplio recorrido como parte de las bandas de Joe Vasconcellos, Javiera Mena y Mon Laferte, quien se acopló sin problemas. Luego, su extraordinaria presentación en el Festival de Viña, sus dos shows a tablero vuelto en el Estadio Nacional; su histórica presentación en Isla de Pascua, y para cerrar con broche de oro, esta joya de MTV Unplugged.
Una apuesta audaz y exitosa.
En Chilevisión quisieron apostar fuerte, y trajeron al exitoso cineasta chileno Pablo Larraín para que grabara el concierto en un formato cinematográfico, y se decidió estrenarla en los cines antes que en televisión. Resultó una jugada maestra. El producto audiovisual resultó exquisito, lleno de detalles hermosos, y se convirtió en el estreno cinematográfico más exitoso del año en Chile.
Un premio a la ambición.
Aquí tiraron la casa por la ventana. Un escenario con tres ambientes, uno “popular” rodeado de sacos de género que le dieron una apariencia hermosamente rústica; otro más íntimo con los músicos rodeando un micrófono; y otro rodeado de lámparas de cristal, con el apoyo del Cuarteto de Cuerdas Austral. Me pregunto si en algún otro MTV Unplugged se dio una puesta en escena tan jugada. Además, trajeron de productor e invitado al crack mexicano Emmanuel “Meme” del Real, integrante de Café Tacuba y con dos MTV Unplugged en el cuerpo. Trajeron como refuerzos a dos intérpretes de instrumentos andinos, y a tres talentosos multi-instrumentistas: la mexicana Carmen Ruiz y los chilenos Martín Benavides y Gregorio “Goyo” Madinagoytía, este último profesor de música y compañero de colegio de los integrantes de la banda.
Una oda al sincretismo musical.
La notable versión cumbiera de “Ven Aquí” anticipaba lo que se venía: una mezcla armoniosa y exquisita de las diversas influencias de la banda. En Los Bunkers confluye la Nueva Trova (los covers de Silvio Rodríguez); el Canto Nuevo (la canción inédita “El Hombre es un Continente” evoca el sonido de Inti Illimani y Quilapayún), la música andina, el rock sesentero (con canciones de sus comienzos con evidente influencia Beatle como “Yo sembré mis penas de amor en tu jardín” y “Las cosas que cambié y dejé por ti“), la música popular de radio AM (la cumbia de “Ven Aquí” y el cover de “Quiero Dormir Cansado” con la participación de Mon Laferte) y hasta lo sinfónico (la notable reversión de “Llueve sobre la Ciudad” con el Cuarteto de Cuerdas Austral de fondo).
Notables elementos de música andina.
Aparte del evidente caso de “Calles de Talcahuano”, la idea de incorporar elementos andinos se pudo ver en el muy bien logrado cover de “Let’ em in”, icónica canción de Paul McCartney de la época de su banda setentera Wings, en la cual reemplazaron acertadamente el aire “british” de la versión original con quenas, theremín y charango. Además, ese sincretismo de lo andino con lo popular se notó en el cierre apoteósico con el “mash-up” de onda disco entre “Bailando Solo” con Álvaro López sacando al “Tony Manero” que lleva dentro y el clásico “Heart of Glass” de Blondie, con la mexicana Carmen Ruiz aprovechando de lucirse con todo.
No podía faltar la reina Mon.
Cuando supe que Mon Laferte iba estar invitada, me surgió la expectativa respecto de su participación. Y es que Mon se ha transformado en una especialista consumada en hacer covers y colaboraciones memorables. Previo a ver la película me preguntaba qué canción del repertorio de Los Bunkers iba a versionar (honestamente, me hubiera gustado más eso), pero al final escogieron para ella un cover de “Quiero Dormir Cansado”, un clásico pop ochentero compuesto por Manuel Alejandro y Ana Magdalena, y popularizado por Emmanuel. Esta versión, también con fondo instrumental andino y una notable dupla con Álvaro López, resultó ser una delicia.
Creo que Mon Laferte se merece un MTV Unplugged propio desde hace rato, y creo que sería la principal candidata a protagonizar el próximo con un artista o grupo chileno. Tiene dos Tiny Desk a su haber (uno en solitario y otro a medias con Juanes) y anteriormente participó del Unplugged de “Los Auténticos Decadentes”.
El dilema de Cancamusa.
La llegada de Natalia a Los Bunkers resultó providencial. La baterista oriunda de Valdivia aprobó con distinción máxima la difícil prueba de cubrir a contrarreloj la ausencia de Mauricio Basualto, se adaptó perfectamente al “Club de Toby” y le dio un soplo de aire fresco que le vino muy bien a la banda. Además, su presencia es querible y entrañable, lo que quedó demostrado en la gran recepción del público a sus notables intervenciones vocales en un par de canciones del MTV Unplugged. Aunque se ve más que integrada a la banda, no es aún miembro oficial.
Aquí tengo sentimientos encontrados: por una parte, me gustaría que le dieran la titularidad, pues se la ha ganado con honores y veo difícil que Los Bunkers encuentren otro baterista que encaje tan bien como lo hizo Natalia; pero, por otra parte, Cancamusa tiene una prometedora y destacada carrera como solista que podría verse postergada. Aquí viene el desafío: lograr que pueda compatibilizar el ser parte de la banda con su propia carrera. Eso quizás pasaría por que, en lo sucesivo, pueda tener más participación, ya sea cantando o incluso componiendo canciones para Los Bunkers.
Se vienen (hartas) cositas.
Los Bunkers se aprestan a sacarle todo el jugo posible a este exitoso proyecto con una gira acústica en la primera mitad de 2025, con conciertos que se han vendido como pan caliente al punto que muchos de ellos quedaron con entradas agotadas al poco tiempo de ponerlas en venta. Se viene un disco asociado que, en condiciones normales, tendría que ser serio candidato a las futuras ediciones de los premios PULSAR y MUSA, e incluso pelear por algún Grammy Latino o hasta gringo.
Marca un hito y un precedente para los músicos chilenos, que pueden inspirarse en esta obra para proponer ideas jugadas y atreverse con iniciativas similares. Podría reproducirse el fenómeno del recordado show en el Teatro Astor de Buddy Richard de diciembre de 1969, que dio pie al primer disco grabado en vivo de la historia musical chilena, y que impulsó a muchos otros artistas nacionales a emular al autor de “Balada para la Tristeza”.
Un lujo para terminar el 2024.
Los Bunkers nos hicieron un regalo de Navidad adelantado con esta maravilla. Fueron ambiciosos, se propusieron hacer el concierto de sus vidas y lo lograron con creces. Con esto reafirman su lugar como una de las bandas de rock más importantes de la historia musical chilena.