Hasta hace poco, los programas de conversación femeninos eran materia de canales de cable. En Vive TV! tenemos en la actualidad “Glenny” y antes estuvo “Mujer Glam”. Zona Latina tuvo “No eres tú, soy yo” y Vía X el recordado y muy añorado “Campo Minado”, del que los viudos tenemos al menos el consuelo de ver a dos de sus integrantes, Jani Dueñas y Paloma Salas, en el “Dueñas de Salas” de Niu Radio. En la segunda mitad del 2017 el viejo y querido UCV Televisión le abrió sus pantallas a “MILF”, el programa hecho literalmente “a pulso” por Claudia Conserva que ha llamado mucho la atención. Esta simpática junta de cuarentonas deslenguadas hace rato que está dando que hablar.
Sin grandes pretensiones, con poco presupuesto, con la misma Claudia construyendo la escenografía a punta de martillazos, puede lucir conquistas importantes a menos de un año de su inicio: fueron invitadas al estelar “Diana” de Canal 13; se hicieron de un “Copihue de Oro” el 2017; y una de sus integrantes, la simpatiquísima comediante Maly Jorquiera, fue recientemente elegida Reina Guachaca y fue la ganadora de una edición de “Vértigo”.
En este programa hemos visto a una Claudia Conserva libre y plena. Los mejores momentos de la carrera de la más emblemática de las Miss 17 coinciden con las épocas en que la han “dejado ser”: en sus comienzos en el legendario “Extra Jóvenes” de finales de los 80, ese gran crisol de grandes rostros televisivos de donde salieron ella, Felipe Camiroaga, Marcelo Comparini y otros; en la época de “Pollo en Conserva”, donde junto a su marido Juan Carlos “Pollo” Valdivia eran los indiscutibles rostros principales de La Red; y ahora a cargo de “MILF”, junto a Jazmín Vásquez, Maly Jorquiera y el notable reemplazo de la deslenguada actriz Claudia Hidalgo (que también ejerció ese rol en “Campo Minado”) durante el embarazo de la esposa de Sergio Freire.
Casos como “MILF” llevan a cuestionarse la confiabilidad del sistema de medición de audiencias. Hasta donde se sabe no es un programa que “la rompa” en rating precisamente. De ser así, las “grúas” se las hubieran llevado a los canales grandes hace un buen rato, o bien habrían surgido programas similares, lo que hasta ahora no ha pasado. Sin embargo, a pesar de sus aparentemente modestos números y de emitirse en el siempre mirado con condescendencia “primer canal de Chile”, han sido capaces de obtener logros basados en votación popular como el “Copihue de Oro” y el trono de “Reina Guachaca”. Claramente algo no calza ahí.
El programa conducido por Claudia Conserva dejó de ser una curiosidad simpática y merece ser tomado en serio. “MILF” es un símbolo de los programas que necesita la TV abierta chilena en esta época de crisis: baratos, cercanos a la gente, jugados y rendidores. Además, tiene “ese discreto encanto de la TV hecha a pulso” que tenían el “Pase Lo Que Pase”, “Pantalla Abierta”, “MQLTV”, “Vigilantes” y otros programas donde se nota que hay gente jugada, comprometida, creativa, que le saga el jugo a los pocos recursos que tienen, y que terminan ganándose el cariño de la gente.