El bailarín alcanzó la fama tras ser parte de la tercera generación del programa busca talentos de TVN, en ese entonces conducido por Rafael Araneda. Tras el fin del espacio, se le perdió la pista, hasta que en 2013 reapareció para dar a conocer que había sido diagnosticado como portador del VIH.
Como si eso fuera poco, tiempo después José Aravena fue diagnosticado con una extraña enfermedad llamada Leucoencefalopatía multifocal progresiva o JC, una inusual infección que ocasiona un daño en el material que cubre los nervios en la sustancia blanca del cerebro y que provoca problemas motores. Él, tener un sistema inmune débil, sufría un alto riesgo de contraerla.
Fue en el programa «Intrusos» de La Red que el ex integrante del programa juvenil reapareció y dio luces del difícil presente que vive al batallar contra este diagnóstico que lo ha dejado en silla de ruedas y con mucha dificultad para hablar. “Es una lucha cansadora, muy cansadora pero que vale la pena. A veces estoy en mi pieza y lloro mucho, pero no importa, me pregunto por qué (me pasó) a mí”, señaló a Claudia Schmitd.
Para Aravena, su principal apoyo ha sido su familia, quienes no lo han dejado solo en ningún momento. Panorama distinto a lo que ocurrió con sus amigos, asegurando que no tiene ninguno. «Me dejaron botado todos», confesó, agregando que sus ex compañeros de «Rojo» hicieron lo mismo, «se olvidaron de mí pero no vale la pena (…) Nunca pensé que mis amigos me iban a dejar botado, los de allí”.
Aún así, señaló que “los perdoné, ya no me interesa, los quité de mi vida. La única que me ha hablado es la Coté Quintanilla».
Para su futuro, el bailarín confiesa que su sueño es “volver a caminar, ser independiente, tomar una taza de té solo”.