Debido a su mal estado de salud, el padre de la ahora Duquesa de Sussex, tuvo que ausentarse de la Boda Real, celebrada el pasado 19 de mayo en el castillo de Windsor, razón por la que fue el Príncipe Carlos, padre del novio, el que la llevó al altar.
Thomas Markle, progenitor de Meghan, reveló al programa «Good Morning Britain» de ITV que ella lloró cuando le comunicó que no asistiría a su matrimonio. Además, manifestó que «Lo desafortunado para mi es que soy una nota al pie de página de uno de los mayores momentos de la historia en lugar de un padre que ha llevado a su hija al altar. Me molesta un poco».
Asismismo, aseguró que se sintió decepcionado por no poder acompañarla pero que «No puedo pensar en mejor sustituto que alguien como el príncipe Carlos. Lloré de alegría de que lo hiciera. Solo que me hubiera gustado que hubiera sido mi mano que sostuviera la suya».
Durante la entrevista dio a conocer que Harry le pidió la mano de la actriz por teléfono, pero para concedérselo le pidió que le prometiera algo muy importante para él: «Eres un caballero, debes prometerme que nunca vas a levantarle la mano a mi hija y por supuesto te concedo mi permiso», contó Markle.