Hace unos días estuvo en el podcast de la periodista Javiera Quiroga y conversó, entre otros temas, de su homosexualidad, del Festival de Viña del Mar, de la trágica muerte del guía Toni Espadas en Etiopía y de las redes sociales. Pero sin duda, uno de los momentos más desgarradores abordados por Pancho Saavedra en la entrevista, fue cuando se refirió a su breve adicción a la cocaína.
No es la primera vez que el conductor de Canal 13 reconoce haber consumido el polvo blanco. Lo hizo cuando era muy joven, influenciado por malas amistades, buscando validarse, según reveló en la conversación.
“Una compañera de curso me dijo que jalando se podía hacer todo mucho mejor”, contó. Sin embargo, estuvo enganchado con la droga poco tiempo.
“Ahí estuvimos consumiendo cocaína dos veces a la semana durante seis meses”, dijo, agregando que sus padres se enteraron pronto de la situación y tomaron cartas en el asunto.
“No me siento para nada orgulloso de eso, pero sí me siento orgulloso de cómo salí, porque una prima me acusó con mis papás”, relató. “Ellos llegaron un domingo, revisaron mi casa y cacharon que había un lápiz con un tubo lleno de cocaína”, continuó.
En ese momento, los padres de Pancho Saavedra le reprocharon haber llegado al consumo de cocaína, si ellos le habían entregado una buena educación y buenos valores. Saavedra recordó su respuesta, ahora avergonzado. “Uno súper rebelde… ‘Pero es que ustedes me dejaron solo en esta etapa de la vida’”, les soltó.
“Las tonteras que uno dice cuando trata de culpar al mundo por las tonteras que solamente te corresponden a ti”, reconoció el comunicador audiovisual.
“Me da asco”
Pese a ello, los padres de Francisco Saavedra adoptaron la voluntad de obligarlo a desintoxicarse. Sin embargo, al llegar a un lugar especializado, se encontraron con un aviso que a él lo impactó y le hizo entrar en razón
“Me llevaron a un centro de rehabilitación (de drogas). Eso costaba 11 millones de pesos de ese tiempo. Veo que a mi papá se le caen un par de lágrimas y le dice a mi mamá ‘bueno vieja, no importa, vendemos un camión’. Para mí eso fue…”, evocó emocionado.
“Yo dije ‘va a vender un camión, con lo que le cuesta, con cómo se saca la cresta mi viejo, porque el niñito anda hueviando consumiendo cocaína’. Fue como un !paf!”, añadió.
En ese instante decidió salir a través de su propio esfuerzo de la droga. “Le dije a mi papá que no vendiera ese camión”, recordó, asegurando que ahora no soporta la gente que jala.
“He estado en ambientes donde de repente hay personas que sacan cocaína y yo me voy, no puedo estar ahí, me da asco. Además siento que en esos seis meses que consumí, siempre me pasaba algo malo”, reflexionó sobre la situación conversando con Quiroga.