La noche del domingo, Canal 13 emitió un nuevo capítulo de “De tú a tú”, donde Martín Cárcamo se reunió en la playa El Encanto de Reñaca con la showoman Marlen Olivari.
Tras conversar sobre su vida actual en la V Región, la ex “chica Morandé” llevó al conductor a conocer su casa a orillas de la playa, a la que se mudó a fines de 2019 tras 30 años viviendo en Santiago. “Tengo mucha más red de apoyo para que me cuiden a mi hijo cuando trabajo acá que en Santiago. Además cuido harto a mis papás, viven en una playa un poco más allá”, explicó Marlen sobre las razones de la mudanza.
En su departamento, que data de los años 40, Olivari vive con su pareja Luciano Marrocchino, 20 años mayor que ella, con Lorenzo, sus gatos Pepa y George y con su perro Everton.
Tras hablar de sus comienzos en la televisión y su participación en «Morandé con Compañía», donde se ganó el título de showoman, la artista relató los duros momentos que comenzó a vivir por su trabajo en el mundo del espectáculo.
Fue en ese momento que la ex candidata a la alcaldía de Viña del Mar contó que tanta exposición le pasó la cuenta, una caída en la que los mismos medios que la levantaron fueron protagonistas. “Empezó esta carnicería que empezó a hacer la prensa con distintos rostros de la televisión, que cuando están muy arriba querían bajarlos un poco”, explicó Marlen.
Además, todo coincidió con su mediático matrimonio y posterior divorcio con su manager, Roberto Dueñas. “Fue algo que me afectó un montón. No me arrepiento de nada, pero creo que fui muy confiada también. Tuve muchas desilusiones de personas en las que yo confiaba muchísimo, cosas súper feas que no quisiera recordar. Creo que no estaba bien asesorada”, confesó la bailarina.
“Creo que el peor mal que puede pasarle a una persona es estar rodeada de mala gente. Yo me di cuenta de que el entorno era súper oscuro. Muchas personas iban a la TV a hablar de mí por plata, pero habían estado dos días antes en mi casa conversando conmigo como grandes amigos. Eso lo encontraba tan asqueroso, tan bajo y tan impensado, que me hizo mucho mal. Yo creo que uno se refugia en cosas que no son buenas, pero lo lindo es salir adelante y poder sobrepasar todos esos momentos”, recordó.
Tras el divorcio, Marlen llegó a su momento más bajo y su familia fue la encargada de salvarla. “Mi familia me lo decía, que yo no era así, qué me estaba pasando, por qué lloraba todo el día, y se estaban dando cuenta también de que el entorno estaba mal. Un día llegó mi mamá a mi casa y yo la recibí en pijama. Yo recién me había divorciado y estuve varios días en pijama. Entonces mi mamá me retó: ‘¿Qué haces acostada? ¿Te vas a pasar la vida llorando acostada? Te quiero decir una cosa: yo no tuve hijas débiles, así que te levantas, te lavas la cara y vuelves a sonreír’. Creo que ha sido la frase más importante de mi vida”, relató.
“Es muy importante tener madres y padres con carácter”, continuó: “Que saquen adelante a los hijos, los hagan abrir los ojos, les peguen un remezón y les digan cuando están caminando por la vida equivocada. Los padres, las madres y las familias son fundamentales en hacer que uno enmiende el camino”, concluyó.