La noche del miércoles, el programa de conversación conducido por Martín Cárcamo se trasladó a Doral, en el estado de Florida, para conversar con el animador de televisión Mario Kreutzberger. En la ocasión, Don Francisco confirmó que este año será la última vez que anime la tradicional campaña solidaria de la Teletón.
El longevo animador, señaló sobre la última Teletón que se realizó hace un año atrás que “fue difícil hacerla, fue difícil convencerlos a todos de la necesidad de hacerla. Al final se hizo y tuve que transformar el living de mi casa en un estudio y yo creo que si se pregunta, pienso que hemos hecho la primera Teletón del mundo virtual”.
En cuanto a su trabajo en la Teletón, Don Francisco señala que “para mí, haber tenido la oportunidad de haber trabajado en la Teletón, me dio una satisfacción tremenda. De haber podido compartir con tanta gente un éxito nacional que no se ha repetido en otro lugar, que hemos podido atender a tanta gente y que hemos podido poner a la discapacidad en el mapa de Chile, para mí ha sido muy satisfactorio. Le he dedicado muchas horas de mi tiempo, muchas horas de mi trabajo a eso porque siento que me hizo mejor persona, porque eso me hizo grande internamente, me hizo crecer como ser humano”.
En relación a las críticas y acusaciones que hay entorno a los dineros de la Teletón. el comunicador dice que “es una estupidez de gallos que no saben, no entienden, porque la verdad es que esto se hace con el alma. Nunca ha pasado un peso de la Teletón por mis manos. Nunca, ni va a pasar”.
El animador cuenta que él siempre va a seguir colaborando pero que ya este año tiene que aparecer un nuevo grupo a hacerse cargo de la responsabilidad que tiene Chile hacia la Teletón, comentando que piensa que este 2021 será su última vez frente a la campaña solidaria. «Estoy en una edad y esto requiere mucho esfuerzo, mucho trabajo y por cualquier cosa, tiene que haber otra manera, otra fórmula. Yo creo además que hoy día el mundo ha cambiado y la Teletón se tiene que respaldar en su marca, en su nombre, en su prestigio y no en las personas. Nosotros somos pasajeros, el nombre es el que se tiene que quedar».