En una conversación en el podcast de Spotify, “Impacto en el Rostro”, la actriz María José Necochea hizo un repaso de sus personajes más recordados en televisión, su llegada a las teleseries y cómo las personas mantienen vivo el recuerdo de su personaje de “El circo de las Montini”.
Fuiste parte del elenco estable de las teleseries del primer semestre de TVN, ¿cuál era tu relación con las teleseries de Vicente Sabatini antes de ser parte de ellas?
A mí siempre me han gustado las teleseries, yo las veía siempre. Cuando entré a la escuela de teatro decidí no ir a ningún casting, pero sabía que, en algún momento, existiría una posibilidad de entrar a las teleseries. La posibilidad de entrar a este mundo no era un tema para mí, yo no renegaba de la posibilidad de entrar a la televisión, siempre pensé que era una buena alternativa, me gustaba el género, siempre lo encontré desafiante, y encontraba que las teleseries de Vicente (Sabatini) eran un lujo. Yo estaba en la universidad y veía “Iorana” o “La Fiera”. Además, yo había seguido los trabajos de Sabatini de mucho antes, entonces para mí era un tremendo referente.
¿Pensaste que ibas a terminar trabajando en TVN y con Vicente Sabatini?
Jamás me imaginé que iba a poder entrar a este elenco, porque era como entrar al mejor elenco; con unos actores increíbles, a un elenco súper consolidado. Pero, se dio la suerte que me enteré que iban a hacer una teleserie de época, de una salitrera. Yo estaba en el último año de la universidad. Yo no sabía, no tenía idea si había casting, pero sí sabía que yo quería estar en esa teleserie. Mi abuela había nacido en una salitrera, entonces era una cosa que me llamaba mucho la atención. Finalmente, consigo entrar al casting, por el conducto regular. Tuve la suerte que andaban buscando a una niña, con la carita redondita, no andaban buscando a la protagonista de la teleserie, guapa, alta. Necesitaban a una niña como “Esperanza”, que era el rol que interpreté en “Pampa Ilusión”. Y así entré. Hice mi casting con Álvaro Espinoza, que fue mi compañero de universidad. Fue una fortuna porque di con el personaje que andaban buscando, si hubieran buscando a una niña en bikini, probablemente no hubiera quedado.
¿Qué significó para ti partir con “Pampa Ilusión”, una teleserie considerada una joya, por su nivel de producción y un guión rico en subtexto?
Fue un tremendo privilegio. Partir en una teleserie de época, con una producción increíble, con un tremendo elenco, o sea, yo tenía que trabajar con Marés González, que era algo impensado para mí. Trabajaba también con Rodrigo Pérez, Eduardo Soto, Sergio Hernández (…) gente que para uno eran tremendos referentes y que, finalmente, terminaron siendo compañeros súper generosos. Yo tenía mucha relación con Roxana Campos y Ximena Rivas, que fueron grandes compañeras y grandes colaboradoras. También Luz Jiménez, que era una maravilla, José Soza, el dueño de la pulpería. Este mundo, el de la pulpería y donde se desenvolvía mi personaje, era un mundo muy rico. Yo trataba de rescatar lo mejor de todos y de verdad fue un privilegio llegar a este espacio. Y grabar en Humberstone, ni te explico, era una locura.
Francisca Imboden comentó a “Impacto en el rostro” que “Pampa Ilusión”, a pesar de ser una historia de época, abordaba temas contingentes, tocando temas relacionados al estallido social y que, en definitiva, sería una buena opción para las personas que no la han visto…
Yo creo que en general las teleseries de Sabatini tocaban bastante las temáticas referentes a los desequilibrios sociales. Se hacían bastante cargo. En este caso, un ejemplo era la violencia de género, pero también estaba el tema de las hermanas peruanas, interpretadas por Tamara Acosta y Claudia Cabezas, que vivían en esta salitrera y que eran súper vilipendiadas, como ocurre en nuestra sociedad hasta el día de hoy, donde existe este desprecio hacia los extranjeros. Esta teleserie se hacía cargo de muchas temáticas, también el cambio de género que hacía Claudia Di Girólamo, que era para esa época una cosa súper novedosa, quizás no tan abierta como en “100 días para enamorarse”, pero sí había una valentía de enfrentar ciertos temas. En ese sentido Vicente siempre fue un precursor en cuanto a las temáticas.
El año 2002 interpretaste a la mal criada “Dayana Andrea”, en “El circo de las Montini”. ¿Sientes que es tu rol más recordado en televisión?
En general uno quiere a todos sus personajes, pero éste era un personaje muy rico de hacer. Tenía su foco, su energía concreta, un objetivo directo. Lo pasaba muy bien haciéndolo. Y me he dado cuenta, ahora con mi vuelta a las teleseries, que la gente se acuerda mucho de Dayana Andrea; yo no había calculado lo que significaba para el público en general. Existe una cantidad impresionante en Instagram de sitios dedicados hacia “Las Montini”, mucho público joven, mucha gente que me vió por primera vez en “Verdades Ocultas” y después se da cuenta, que también estuve en esta teleserie, mucha gente que no sabía que estuve un tiempo fuera de la televisión.
¿Cómo fue interpretar a Dayana Andrea?
La Dayana Andrea me trae los mejores recuerdos. Un personaje exquisito de hacer, una malcriada, una insoportable, en un ambiente tan rico como lo fue un circo. Tengo una historia muy bonita gracias a este personaje. Por Instagram, una chica de San Antonio me contactó y me comentó que en el año que filmamos la teleserie, se arrancaba de clases para acercarse a las grabaciones. En el día de su cumpleaños, ella me comentó que yo le hice un regalo y que aún lo conservaba. La verdad es que yo no me acordaba.
El año 2003 el mismo elenco se aventuró en realizar una historia ambientada en una toma con la teleserie “Puertas Adentro”, en donde interpretaste a la pobladora “Any Moraga”, una mujer que tenía fuertes conflictos con su pareja por tener una casa a medio construir. ¿Sientes que la misión de un canal público es visibilizar este tipo de temáticas?
Yo creo que es el rol de la televisión en general; el rol de los medios de comunicación es evidenciar lo que está pasando, siempre. Estar al día y ser equilibrados en contar con situaciones que están sucediendo y que uno sea capaz de interpretar cuales son las falencias que esta teniendo la sociedad al respecto. En ese sentido lo que hacían este tipo de teleseries eran instalar el problema, tocarlo, profundizar en algunos puntos claves, y dejarlo ahí para que sea tema de discusión.
¿Qué recuerdos tienes de «Puertas Adentro»?
Fue una teleserie a la que no le fue muy bien, ya que perdió con «Machos». Y yo creo que a la gente le gusta ver lo bonito, siempre, no quiere de pronto escarbar en las realidades más crudas. Yo creo que eso fue lo que pasó un poco aquí. Sin embargo, tuvimos un tremendo rating, fue una experiencia maravillosa, nosotros trabajamos con la gente de la toma, fueron muy generosos con nosotros. En general todas estas teleseries de las que hemos estado hablando tenían esta cosa de profundización en las que estábamos tres meses antes, trabajando con las comunidades con las que íbamos a nombrar”
El año 2004 TVN vuelve a realizar una teleserie de época, se trata de la recordada “Los Pincheira”, en donde interpretaste a Irma, una mujer que servía en la casa de los protagonistas. En el penúltimo capítulo, tu personaje debe atender el parto de Tamara Acosta, en una escena como pocas en televisión; larga, llena de emociones y silencios…
Ufff… me puse peluda de puro acordarme. Fue un momento muy bonito. Me acuerdo que era invierno, esa guagüita era muy chiquitita, era una guagüita recién nacida. Debe haber tenido tres días, la fueron a buscar a un hospital. Pato González era el director de esa escena, de verdad se produjo un momento muy íntimo, muy bonito, y muy cuidado. Nosotros trabajamos en un set llamado “la colmena”, un clásico de Chilefilms, que es un estudio muy helado. Sin embargo, ese día estuvo muy calefaccionado, todo muy cuidado para que en el fondo pudiéramos hacer una escena muy teatral, por eso tiene el largo que tiene, por eso tuvo la realidad que finalmente se vio en pantalla, con la Pancha (Francisca Gavilán) con el Pancho (Francisco Reyes) con la Tamy (Tamara Acosta). Entonces todo ese proceso se produjo en una sola toma; se ensayó varias veces sin la guagua obviamente, hasta que nosotros llegamos al momento de hacerlo de una porque no queríamos exponer a esa guagüita porque era muy chiquita, y porque el momento era muy emotivo, o sea, moría Matilde en los brazos de Pancho. De verdad se me paran los pelos al recordad ese momento; de las escenas lindas que me ha tocado hacer. Un orgullo haber podido recibir a la guagua de Matilde, la protagonista-
Al año siguiente, TVN vuelve a insistir con otra teleserie de época; “Los Capo”. Sin embargo, la apuesta es un fracaso en sintonía y, en cierta forma, marca una nueva forma de hacer teleseries, con elencos más reducidos…
Se hicieron dos teleseries de época consecutivas, y pasa que la gente quiere ir variado. No creo que haya sido un error hacerla, ya que fue una teleserie preciosa, aprendimos a hablar italiano perfecto, nadie entendía nada en la tele (risas) pero todos aprendimos el italiano. Se construyó un pueblo en la entrada de Quintay, era una producción preciosa, que no tuvo el rating que se acostumbraba en las teleseries de Vicente. Teníamos a “Brujas” de competencia. Entonces, con esta producción se aprendió sobre el ciclo de lo que la gente quiere y no quiere ver. Para nosotros, los actores, era una panacea, poder tener pega siempre. Pero uno entiende que son las demandas de lo que la gente quiere ver, de como la televisión va evolucionando. Después de “Los Capo”, vinieron teleseries con menos personajes, algunos fuimos quedando en el camino, otros tomaron otra opción, otros nos alejamos. Que te puedo decir, me hubiese gustado poder seguir en esas versiones.
En “Cómplices”, tuviste un compañero muy particular; un hurón.
En esa teleserie, Catalina, mi personaje, tenía que tener una iguana, eso es lo que decía el guión. Y cuando llegamos a la primera reunión de lectura, yo le digo a Vicente que no podía tener una iguana, no era capaz de tenerla encima de mí todo el día. Entonces, le propongo traer una solución. Al momento de llegar a la segunda reunión, le comento sobre la idea de tener un hurón. Vicente no sabía lo que era, entonces le digo que es una mejor idea, un animal exótico que nadie conocía, o muy pocas personas sabía de qué se trataba… Y así quedó el Ozzy, que finalmente vivió conmigo hasta que mi hija nació. Recuerdo que Amparo Noguera lo odiaba, porque le daba mucho asco, se imaginaba que era un ratón, ¡era todo muy divertido! También recuerdo que muchas veces tuve que llevarlo a grabar, en días que a mí no me tocaba hacerlo, pero debía ir igual al canal ya que él aparecía en escena.
Tu personaje favorito en televisión...
La Dayana Andrea, de “El circo de las Montini”, por lejos. Porque tenía objetivo definido, entonces era muy rico de hacer, tenía mucho matiz para jugar. Hacer de mala siempre es una gracia, para un actor es un desafío, es una dulzura poder trabajar desde ese lugar.
¿Revisas capítulos en Youtube de teleseries antiguas?
Así como sentarme a revisar capítulos, no. Pero ahora, con el tema de mi regreso a las teleseries, me di cuenta que había un mundo en torno a “las Montini”, muy amplio. Mucha gente me habla hasta el día de hoy de Dayana Andrea. Ahí uno empieza a mirar algunas escenas en redes sociales y te acuerdas de cosas, uno tiene la tentación de mirarse. Tengo buenos recuerdos de esa teleserie. La verdad es que lo que he vuelto a mirar, son las cosas que la gente te va recordando por Instagram.
¿Alguna teleserie que recuerdes con cariño siendo espectadora?
Yo las veía todas; “Cristal”, “Abigail”. Todas las venezolanas que transmitía TVN, me las comía todas. “Carlos Mata”, las de Moya Grau, las brasileñas del mediodía de Canal 13. Yo era buena para ver teleseries. Me acuerdo de forma especial de “Fiera Radical”…
¿Las sigues consumiendo?
Sí, me gusta ver el trabajo de mis compañeros, saber en qué estamos. Me gusta el género, me entretiene, siempre me ha gustado, no es para mí algo ajeno.
¿Qué opinas de las teleseries chilenas actuales?
Hay de todo, la gente tiene opciones de ver lo que quiera, cuando quiera. Por lo mismo, se ha perdido el hábito, la costumbre de verlas a la hora de once, cosas que estaban súper instaladas. Pero, a nivel de temáticas, no veo grandes desaciertos, están bastante al tanto de lo que está pasando como sociedad. Obviamente, los presupuestos son más chicos, hay elenco más chicos, son malas noticias para nosotros los actores, pero son las nuevas reglas del juego. Lo que no me gusta es la programación, la cambian de horario de forma brusca, cortando el hábito de la gente…
¿Algún mensaje a tus seguidores?
Quiero darles las gracias a los seguidores de teleserie. Nosotros somos lo que somos gracias al público. Siento que tener público de teleserie y ficción en general es para nosotros una gran ganancia, no solamente en términos de visibilidad, sino además de emoción, de construcción, de crecimiento. Por lo mismo, le doy las gracias a todos, y los invito a seguir viendo teleseries, ellas hablan de nosotros mismos, en algunos momentos nos ponen en jaque, otros momentos nos hacen reír. Larga vida para ellas, para la ficción, para los actores, y para ustedes como público.