En un nuevo capítulo del programa de entrevistas de Canal 13, Martin Cárcamo se trasladó hasta Curacaví, a la casa de la primera ganadora de «Rojo Fama Contrafama», quien junto a su pareja, Tania, abrieron su intimidad y conversaron de todos los temas.
María Jimena Pereyra juega fútbol para Curacaví junto a Tania, quien fue Seleccionada Nacional y jugó en Audax Italiano, hasta que se cortó los ligamentos. Ambas se conocieron jugando a la pelota. Se enfrentaron y a María Jimena le tocó marcar a Tania. Tienen diferencia de edad de quince años, pero a ellas las ha beneficiado. «Miramos las cosas diferentes», dice Tania. «Son dos visiones diferentes, pero lo bueno es que yo le doy mi opinión, ella la suya y llegamos a buen puerto», añade María Jimena, agregando que «me trajo toda la energía necesaria. Me rejuveneció mil años».
Y es que desde los 13 años no paró. «Estudié teatro, danza, pero nunca más volví a una clase. Parte de mis falencias en la vida tiene que ver con la sociabilización». Lo notó cuando entró a “Rojo Fama Contrafama”, donde compartía con personas de su edad y “lo pasé tan bien por el hecho de compartir cosas que tuvieran que ver conmigo, con mi edad, con gente de mi edad y que teníamos los mismos intereses. Eso yo no lo tuve. Creo que fue la que mejor lo pasé en el programa porque viví mi adolescencia en esa etapa”.
«Uno no tiene ni idea de lo que quiere a los 13 años. Creo que toda mi vida fue en base a lo que quería mi papá. Yo no sé si habría querido ser cantante, quizás la vida me llevaba por otros lados. Arrastrar a una familia es una carga muy fuerte y yo la siento. La siento en cada oportunidad en que compartimos todos y yo me siento extraña cuando los voy a ver. Sé que soy su hermana, los quiero, los amo, daría todo por ellos, pero no tengo el cotidiano. Soy una extraña en sus vidas. Me encantaría ser parte de mi familia», expresa la cantante chileno-argentina.
Su padre murió hace quince años tras haber quedado en estado vegetal, en Argentina. Ella estaba en «Rojo» y viajó al día siguiente. “Yo era su favorita. Estaba en plena locura de ‘Rojo’. Fue muy extraño y a la vez, cuando todo me iba bien, del otro lado estaba todo mal. Fue una etapa muy extraña, que creo que las tengo bloqueadas. Cuando fallece papi, comienza una buena relación con mamá. Ahí entendí muchas cosas».
Martín le pregunta cómo han sido estos últimos años y ella responde: «Han sido los más bellos que he tenido. Tiene que ver con la madurez, el hecho de estar haciendo lo que me gusta. He estado muy estable en cuanto al trabajo. Ha sido una etapa de crecimiento y de tomar conciencia con la vida».
«Siempre fui de entregarme mucho. Nunca me he preocupado de estudiar ni de analizar, uno siente nada más. Recuerdo desde muy pequeña hacer deportes con hombres, siempre me gustó jugar a la pelota. Era la única mujer en el equipo del pueblo. En esa época tampoco uno tiene la sexualidad desarrollada, pero me encantaban los niños, tuve noviecitos, y mi novio de adolescencia. Pero a esa edad empieza la inquietud de observar, de mirar más a una compañera o a la profesora de danza, pero tenía mis novios. Nunca viví la sexualidad con ningún prejuicio. Siempre fui muy libre. No me importaba si tenía novio o novia», declara.
María Jimena asegura que nunca lo habló con sus papás. “Ellos sabían. Quizás no lo hablaban abiertamente. Yo llegaba con una amiga y después me veían con mi novio. No sé si llamarlo bisexual, pero pasé por una etapa en que tuve novio, pasé a novia, y luego a novio, y nunca me lo planteé como algo extraño. Nunca me senté con mis padres a decirles ‘soy así’. Nunca me lo preguntaron o lo daban por sentado. Me acuerdo que para la época de ‘Rojo’ en que se especulaba tanto, mi papá me dijo ‘tú juega con eso, juega con la ambigüedad, como Miguel Bosé. Da lo mismo lo que piense la gente, tú juega, sácale partido’”.
Si le trajo problemas, ella dice que sí le ha cerrado puertas. «A nivel latinoamericano todavía vivimos en una sociedad bastante machista, donde todavía hay prejuicios donde ‘ah, pero si conquista mujeres no puede conquistar hombres’. ¿Por qué no? Si son personas y puedo jugar a la seducción con eso». Cuenta que al subir una foto en redes sociales, aún hay comentarios malos.
«Nunca oculté mis relaciones, pero quizás al público en general no era el momento de hablarlo abiertamente como sociedad». La cerrada de puerta más fuerte que vivió fue «cuando tenía sello discográfico y cuando empezaba la época de lanzar un disco y la promoción, de que nunca me permitieron sonar en determinadas radios porque soy homosexual. A la gente que trabajaba conmigo le daba vergüenza decirme ‘Jime, no te van a tocar porque eres gay’. ¿Qué tiene que ver eso con mi trabajo, con mi música, con lo que yo quiero transmitir en mis canciones? Es que es así, y a eso callarse la boca y no poder hacer absolutamente nada». Agrega que «Es injusto, pero uno tiene que saber seguir adelante. Yo voy a seguir trabajando».
Un momento divertido se produce cuando Martín junto a sus invitadas hacen un desafío con una pelota, que consistía en hacerse preguntas. El animador le preguntó a María Jimena si alguna vez le gustó Leandro Martínez, su eterna dupla en «Rojo», con quien durante las primeras temporadas se dio a entender que había un romance platónico. «Nunca», respondió la intérprete de «Si No Estás Aquí», afirmando que Leandro «es un gran amigo, nada más», nunca le gustó como hombre.
Luego, entran a un tema mucho más íntimo. Junto con Tania quieren ser madres. Han hecho seis intentos de inseminación artificial y también tratamiento in vitro. Todos los tratamientos han sido con Tania porque Jime no puede ser mamá “porque me hicieron una histerectomía por lo que no podría ser mamá. Me hubiera encantado en todo caso. Si hubiera tenido la opción, habría sido yo”. Tania dice que este proceso ha sido “desgastante y cada vez se va rompiendo una ilusión. La primera vez empecé súper ilusionada. Bueno se rompe esa ilusión y así en seis intentos”.
Es un tratamiento costoso y no tienen donante, por lo que tienen que elegirlo. Es un seguimiento a los ciclos de Tania, inyecciones de hormonas. “Se supone que quedar embarazada es bien complicado. No es tan simple. El porcentaje de que funcione es de un 12 o 15 por ciento”.
Ante todo el proceso y de si lo van a seguir intentando, Jimena dice que “Siempre espero que sea ella la inicia la conversación porque sé que todo el desgaste lo está haciendo ella, física y mental. Yo en este caso soy una compañera. Tengo todas las ganas de ser mamá, me encantaría, doy la vida por ser mamá, pero no la puedo forzar a ella a que pase por una situación así si no quiere. Tengo que respetar sus tiempos”. Mientras que Tania dice que “no me imagino una vida sin un hijo. Trabajo con pacientes, me gusta la rehabilitación con niños y los miro, y no me imagino la vida sin eso. Siento que no podría no tenerlo, no vivirlo. Pero a la vez, también digo ‘chuta ¿y si no?’ ¿cuántas mujeres no pueden ser mamás? Quizás yo tampoco. No soy nada especial para que sí o sí sea mamá. Puede ser que no, que no salga y no se cumpla no más”.
Martín les pregunta por la adopción fuera del país. Ambas reconocen que lo han conversado porque en Chile no es una posibilidad ya que tendrían que separarse para poder adoptar como mamás solteras. “No nos dan ni siquiera la opción de que nos evalúen y ver si estamos capacitadas o no para permitirnos adoptar” afirma Jimena.
Para finalizar, Martin pone la canción «¡Qué bonito!» de Rosario que es de ellas y María Jimena la cantó para su matrimonio. Además, le entrega un regalo: La camiseta de Huachipato.